José Luis García-Pérez (Sevilla, 1972) se mete en la piel de un temible jefe de una banda criminal en la nueva serie de Netflix, In from the cold, estrenada este 28 de enero.
La producción, protagonizada por Margarita Levieva, cuenta con un reparto internacional de estrellas inglesas y estadounidenses, junto con actores españoles. España fue el lugar elegido para el rodaje y, pese a que estuvo a punto de suspenderse por culpa de la pandemia, llega a la plataforma.
Trayectoria
El actor, que no deja de empalmar proyectos teatrales y producciones internaciones, está muy orgulloso de su participación en In from the cold. La serie mezcla no sólo acción sino también drama y ciencia ficción con un toque de cómic, no en vano Adam Glass -que estuvo detrás de historias como Escuadrón suicida- está detrás de las cámaras.
El intérprete hispalense cuenta a Crónica Directo cómo fue la aventura de rodar esta nueva producción y detalla cómo la situación del audiovisual español, sin dejar de lado el teatro, su gran pasión.
--Pregunta: ¿Como definiría a su personaje?
--Respuesta: No puedo desvelar mucho. Es un tipo muy carismático, muy suyo y de cierta radicalidad. Tiene un grupo de gente joven a la que él recoge que le llaman los jinetes. Es un empresario exitoso, un terrateniente, un tipo con poder y loco también por amor. Pero es un personaje muy divertido de hacer.
--Supongo que rodar acción es divertida de hacer, ¿no?
--Sin duda, aunque aquí la acción se la lleva Margarita Levieva. Pero lo divertido de la serie es que una peli de espías tiene su punto dramático, un toque de ciencia ficción… es un cóctel muy divertido de hacer. Acción era la de El Cid, o la que estoy rodando ahora Baruca. La noche más larga. Pero tengo un recuerdo no sólo agradable sino de un cierto enganche al proyecto de In from the cold, la considero un hito en mi currículum.
--Y además es un nuevo paso a tu trayectoria internacional que cada vez es más amplia.
--El mercado audiovisual se ha abierto desde hace años y hoy día el rodaje que se hace aquí está en el salón de una casa coreana al día siguiente. Hay que aprovechar ese mercado. En ese sentido las series españolas están en el panorama internacional, y si además trabajas en inglés abres otra puerta. Además, trabajar en inglés tiene algo liberador, porque hay algo que se rompe en tu modus operandi habitual, trabajas de otra manera. Yo disfruto, tomo clases continuamente con un coach…
--Lo veo que es muy de picar piedra.
--Quien se piense lo contrario de esto es que está equivocado. Esto es un oficio y hay que trabajárselo a diario. Si además te obligas a combinar proyectos de teatro con audiovisuales y producción, interpretación y dirección como hago yo has de ir por adelantado a todo o te pilla el toro. Yo soy muy crítico conmigo mismo y estar en forma en este sentido.
--Un trabajador concienciado. ¿Cómo empezó su carrera?
--Empecé en un taller de teatro mientras estudiaba económicas. Económicas la empecé, pero la dejé y el teatro, no. De allí, hice las pruebas al Instituto del Teatro de Sevilla y allí coincidimos una promoción bastante guapa en la que estaban Paco León, Paco Tous, Álex O’Doherty… mucha gente muy buena. Pronto fundé la compañía Digo Digo Teatro, con la que estuvimos recorriendo España 10 años. Luego ocurrieron dos cosas muy importantes, la serie de Canal Sur Plaza Alta y Padre Coraje de Benito Zambrano y Cachorro, de Miguel Albaladejo. Allí empezó una carrera muy distinta, me fui a Madrid y aquí vivo desde hace casi 15 años.
--¿Y cómo ha visto la evolución?
--Gigantesca. Antes vivíamos para las cadenas que había, las privadas eran muy pequeñas. Ahora eso se ha dinamitado. Son muchos los caminos de creación del audiovisual.
--¿Las series y películas españolas ya se pueden empezar a equiparar?
--No solo eso, es que vienen aquí a rodar y es por algo. Hay unos equipos técnicos y artísticos al nivel de lo que necesites. Las historias, la creatividad y la potencia es tan grande como las demás. Es cierto, que el mercado y la industria anglosajona es muy fuerte con un público potencial muy grande, pero el mercado se ha ampliado para todos. La creatividad y el buen hacer tiene su premio.
--¿Con eso no está el riesgo de la desaparición de las salas?
--Me debato mucho. Es cierto que ahora la capacidad de ver cine en casa es brutal con los equipos que hay, pero la experiencia de ir a una sala de cine es insuperable, tan insuperable como la de ir a un teatro. ¿Llegará el cine a no ser esa industria tan gigantesca, llena de multisalas y acercarse más a la industria teatral? Puede ser. Lo cierto es que el momento pandémico no le ha sentado nada bien al cine. La sensación de que una pantalla te invada en cine es mucho mayor.
--Habla también del teatro, que no lo deja.
--El teatro siempre está presente, es casi inevitable, parte consustancial de todo este trabajo. Yo produzco teatro y me hace tener mi propia voz y contar lo que quiero contar. El próximo año dirigiré una comedia de Juan Mayorga que me hace muchísima ilusión, a principios de 2023. Y le estoy dando vueltas a un texto de un autor inglés muy conocido para hacer un monólogo dentro de muy poco.
--¿El teatro es un oasis?
--El teatro siempre está en crisis, pero siempre está. La pandemia ha sido dura. Es cierto que en grandes ciudades no se ve tanto, pero las giras se han complicado un poco más. Es más difícil levantar un proyecto y vender la producción. Más con el Covid, con las diferentes restricciones y la incertidumbre. Pero el teatro es un espacio muy vivo, una voz muy difícil de acallar. La experiencia de ver a los artistas en vivo es insuperable. Y la capacidad, la belleza, la importancia de la palabra y del pensamiento cuando uno está en un teatro es absolutamente incomparable e indestructible.
--Dice que el teatro le permitía hablar de los temas que le interesan. ¿Qué le interesa a José Luis García-Pérez?
--Me interesa hablar del ser humano en todos los sentidos. Creo más en poner en la palestra el cómo somos por encima del teatro panfletario, que no me interesa. No me interesa tanto el teatro social o de denuncia, como el humanista porque en todos nosotros está todo lo demás.
--Y más allá del teatro y de In from the cold. ¿Qué otros proyectos tiene?
--A la espera de que existan renovaciones o no, Acabo de rodar Baruca. La noche más larga, una serión espectacular. Y un par de cosas que han de pasar un par de semanas para que se cierren de una puñetera vez (ríe).
--¿Cuesta mucho cerrar proyectos?
--Lo que pasa es que soy muy ansioso y necesito saber ya lo que va a ser. Es verdad, que ahora me he apartado un poco porque necesito un poco de preparación de ese texto del que te hablé, que empezará en noviembre y quiero llevarlo muy preparado, y el análisis dramatúrgico del monólogo que te comenté. Necesito adelantar trabajo porque luego viene la cosa movida.