"Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver". Todavía son muchos los que creen que esta frase fue recitada por el malogrado actor James Dean, aunque en realidad la dijo Humphrey Bogart en Llamad a cualquier puerta. Un grupo de palabras que pueden resumir el final trágico que muchos famosos actores y actrices del séptimo arte han tenido con sus prematuras muertes.
Fallecimientos que en la mayoría de los casos han venido acompañados de unas vidas personales donde la tragedia era una constante y un complemento de las más variadas adicciones. Intérpretes que merece la pena recordar tanto por sus logros delante de las cámaras como por el halo de misterio y la rumorología que acompañaron sus últimos días.
La edad maldita
Igual que en el cine, en el mundo de la música también se han vivido muertes trágicas relacionadas en su mayoría con esa parte más oscura de la escena y el negocio musical. Entre la lista de cantantes más conocidos que fallecieron cuando eran muy jóvenes hay que destacar los que se engloban dentro del llamado Club de los 27, un fenómeno cultural nacido en los años 70 tras la muerte de Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison en apenas 2 años y con la coincidencia de que todos tenían 27 años.
Una macabra profecía que también se cumplió en el caso de otros intérpretes como fueron Kurt Cobain o Amy Winehouse. En el caso del cantante de Nirvana desde joven estaba obsesionado con pertenecer a este trágico club. Y vaya si lo consiguió: el 8 de abril de 1994 cogió una escopeta y se disparó en la cabeza.