La posesión de Natalie
'Posesiones' es una mezcla de thriller con elementos paranormales y drama familiar que funciona a la perfección
11 diciembre, 2021 00:00La joven Natalie está celebrando su boda y se dispone a cortar la tarta nupcial junto a su prometido cuando se apagan las luces y, al volver, alumbran una escena escalofriante: la novia sostiene un cuchillo manchado de sangre y en el suelo se halla el cadáver del recién casado con el cuello rajado de oreja a oreja. Así arranca Posesiones, thriller paranormal franco-israelí en seis episodios que Filmin ha colgado recientemente, convirtiéndose de inmediato en una de sus series más vistas. Creada por el israelí Sachar Magen y dirigida por el francés Thomas Vincent, Posesiones mezcla hábilmente los géneros policial y fantástico y añade al mejunje un entorno que en seguida se revela como uno de los principales elementos de la trama: el mundo fantasmagórico en el que viven ciertos habitantes de Tel Aviv, propicio a todo tipo de supersticiones y supercherías supuestamente religiosas, y que acaba emponzoñando dramáticamente la vida de la familia francesa de origen judío que optó recientemente por instalarse en la tierra prometida, pero que muestra algunas dificultades de aclimatación, sobre todo entre sus miembros más jóvenes, Natalie (Nadia Tereszkiewicz) y sus dos hermanas (los cabezas de familia son, respectivamente, una perturbada mística y un pobre tipo (el siempre solvente Tcheky Karyo) que intenta pechar como puede con ella y sus circunstancias mientras pone cara de estar pensando que más les valdría a todos haberse quedado en Francia).
Fanatismo religioso
Natalie no recuerda nada de la muerte de su marido. Para ayudarla a recordar cuenta con Karim (Reda Kateb), empleado del consulado francés de origen argelino, y Esti (Noa Koller), inspectora de policía que pasa mucho de toda la tabarra religiosa que le cae encima y que pretende insinuar que la pobre novia está poseída por el espíritu de un amigo de la adolescencia que lleva años en coma y no piensa dejarla en paz hasta que se case con lo que queda de él, teoría a la que se apuntan la madre y las chifladas de sus amigas mientras el padre intenta, en la escasa medida de sus posibilidades, poner un poco de orden en el asunto. La mezcla de thriller, elementos paranormales, drama familiar y fanatismo religioso es rara, pero funciona a la perfección. La trama se desinfla levemente hacia la mitad, pero no tarda en volver a levantar el vuelo hasta llegar a una conclusión tan extraña como todo lo que hemos visto hasta entonces.
Producto original que huye de fórmulas ya trilladas, Posesiones es una rareza muy interesante compuesta por una serie de ingredientes narrativos que se combinan de una manera tan inédita como estimulante a la hora de explicar la historia de una pobre chica enfrentada a unas fuerzas que no domina y que le buscan la ruina con la excusa de alcanzar su redención. Como telón de fondo, la ciudad de Tel Aviv, una especie de secarral con rascacielos que, viniendo de París, constituye un elemento siniestro más en una historia que ya lo es bastante de por sí.