Las puertas de la facultad de Filosofía se vuelven a abrir en la segunda temporada de Merlí: Sapere Aude. La serie protagonizada por Carlos Cuevas y María Pujalte estrena sus nuevos capítulos el 2 de abril en Movistar Plus con la intención de "romper prejuicios" y "luchar contra el estigma social" a través de sus personajes.
En su regreso a las aulas, Pol Rubio (Carlos Cuevas) y sus amigos de universidad se encuentran con un paraninfo en obras en la facultad. Pol entablará una relación especial con el encargado de las tareas de restauración del edificio, Axel (Jordi Coll). Además, el protagonista de Merlí: Sapere aude se reencontrará con un antiguo compañero que le traerá una mala noticia que cambiará su vida para siempre.
Carlos Cuevas da algunos detalles sobre la nueva temporada, donde su personaje se enfrentará a una situación muy complicada y tendrá que superar muchos obstáculos. A través del amor y de la amistad, Pol Rubio experimentará un crecimiento espectacular.
--Pregunta: Vemos a un Pol bastante más maduro en esta temporada, ¿no?
--Respuesta: En el primer capítulo retomamos la serie donde la dejamos en la temporada anterior, en la universidad. Él va afianzando su círculo de amigos y se siente a gusto, pero al final del primer capítulo recibe una noticia que es un mazazo a nivel personal y que supone un punto de inflexión respecto a toda la temporada que viene. Indudablemente va a coger de las solapas al personaje y se lo va a llevar a la etapa adulta de una vez por todas porque va a tener que aprender a gestionar todo esto. De ahí que diga: “La vida es mucho más difícil que sacarse una carrera”. Y eso es lo que entiende esta temporada. Él se pensaba que esto iba de estudiar para aprobar, de líos amorosos... Entonces se encuentra con algo que no se esperaba y va a tener que pasar por ahí porque esto va de tener cintura, de saber improvisar y de no ponerse excusas, sino de coger el toro por los cuernos.
--En algún momento parece que se siente un poco solo, ¿lo siente o realmente lo está?
--Yo creo que estamos todos un poco solos. Pero yo creo que se siente más que está. Él se mete dentro del caparazón como la tortuga y dice: “Aquí no entra ni Dios, porque esto ahora mismo pone en duda mi confianza, mi relación con los demás, me avergüenzo de mí, no estoy con la autoestima alta". Él pasa solo por una etapa dura porque no se deja ayudar, pese a que tiene una red de gente chulísima dispuesta a apoyarle y muchas herramientas. El viaje de esta temporada va a ser saber acercarse a los demás y saber dejarse cuidar.
--De hecho, a la primera persona que le explica este problema ni siquiera es de círculo cercano. ¿Es más fácil explicarle los problemas a alguien desconocido?
--Sí, porque cuando encuentras a alguien muy cercano a ti es como que se tambalea todo y entonces suele ser más difícil y conflictivo.
--Hay un momento donde Pol habla de la importancia de la amistad antes del amor romántico, pero sin embargo está iniciando una historia de amor con Axel.
--Yo no me la creía. Pol quiere enamorarse, lo que pasa es que no se atreve y tiene mucho miedo. Están muy bien los amigos, pero también inicia una historia de amor chulísima, sabe que se lo va a pasar muy bien y va a aprender muchas cosas. Lo que pasa es que en ese momento todavía no se atreve a verbalizar lo que sabe que viene y quiere aferrarse al “no, yo soy un niño, yo no me enamoro, solo juego con mis amigos”. Pues no, te vas a enamorar, vas a tener que enfrentarte a esto y aprender a gestionarlo.
--También es una historia de amor un poco diferente a lo que hemos visto de Pol hasta el momento.
--Lo afronta desde otro punto de vista también por la persona con la que se junta. En este caso, Axel es un tío más adulto que él, es más maduro, ha pasado por más relaciones, tiene las cosas claras, no juega al perro y al gato, sino que está ahí y se lo dice desde un lugar muy sereno. Y no va a poder hacer otra cosa que claudicar ante alguien que es tan estupendo.
Tráiler oficial de Merlí: Sapere aude / MOVISTAR PLUS
--Siempre ha dicho que no se parece a Pol. Con este personaje que vemos más maduro en esta temporada, ¿cree que le representa más?
--Pues un poco más, pero Pol es un poco más impulsivo, yo soy más reflexivo. Yo creo que soy alguien que pide ayuda cuando la necesita y a Pol le cuesta horrores. Bueno, se van acercando, yo me acerco a él o él a mí por los años y por todo, pero sigo pensando que somos muy diferentes.
--También continúa esa admiración por Bolaño. ¿Puede ser una admiración que acabe siendo un poco peligrosa?
--Hay un momento en que Bolaño le dice a Pol que los maestros son solo un momento muy concreto de la vida y no están para siempre. De hecho, no es ni tan siquiera la voluntad de un maestro estar para toda la vida, son una etapa. Tú tienes que saber tirar para adelante, buscarte otros profesores y ser tú también tu propio maestro. Es un acompañamiento, pero también es chulo ese aprendizaje. Esa cosa que decían de los Beatles, que lo que hicieron es enseñar a nadar a la gente.
--La relación con su padre también cambia un poco.
--Sí, yo creo que pasamos por un proceso de aceptación y aprendizaje. Es muy importante la figura de Gloria, que es la pareja del padre y que está en medio. Es una figura femenina que hace que se centren estos dos machos que están todo el rato como las cabras. La señora, con toda su elegancia y toda su inteligencia emocional, los relaja y los frena, les hace ver que se quieren. Entonces, sí, se acercan y es bonito el viaje que han vivido todas estas temporadas.
--El amor es un tema recurrente durante la serie, ¿cómo lo vive Pol en esta temporada?
--A lo largo de la temporada se monta un debate en el paraninfo alrededor de El Banquete de Platón, la obra filosófica por excelencia sobre el amor. Y se habla sobre qué relaciones queremos tener, qué es querer, qué es amar, de qué manera queremos relacionarnos con los demás. Pol va a ir aprendiendo eso y va a aprender nuevas maneras de querer. Durante las anteriores temporadas él tenía relaciones sexo-afectivas muy breves, muy inconstantes y muy poco importantes en un sentido como casi frívolas. Aquí se va a dar cuenta de que igual es mejor regar la plantita, porque luego te crece la fruta, el árbol... Hay cosas que recompensan más.
--Fue un rodaje en pandemia. ¿Cómo vivieron todos esos meses?
--Era incierto y complicado, logísticamente es un cristo, pero por suerte nuestra producción tenía los medios para enfrentarse a esto y la capacidad de testearnos, de generar unos protocolos de seguridad favorables, correctos y acordes con las medidas sanitarias. Teníamos el miedo de que nos cerraran en el chiringuito porque cada dos días había nuevas restricciones. También es muy difícil hacer nuestro trabajo con mascarillas, con distancias y vernos la cara en el último momento. Era rarísimo porque nunca hemos currado así. Pero creo que somos muy privilegiados y que hay decenas y centenas de trabajos que lo han pasado peor que nosotros.
--¿Cómo lo vive?
--Yo no me doy ninguna pena, ni me dan pena Movistar Plus, Netflix y HBO, con todo el cariño del mundo, porque son los grandes. Seguro que es un percal enfrentarse a un rodaje en una pandemia, pero creo que lo están sufriendo más las producciones pequeñas, los teatros, las salas pequeñas. Esta gente básicamente no ha podido desarrollar su trabajo. Nosotros, aunque con muchas dificultades, hemos tirado para adelante. No somos los grandes damnificados, todo lo contrario.
--'Merlí' nació en TV3 y el 'spin-off' también ha pasado por allí. ¿Le hace ilusión?
--Sí, claro. A mí me hace ilusión porque es la cadena en la que debuté, donde empecé como un niño y volver ahí ya hecho un actor adulto y encabezando un protagonista me gusta mucho. Creo que el círculo se cierra de una manera muy bonita.
--La temporada acaba bastante cerrada, ¿se prevé otra?
--Yo creo que es un final muy digno y, si termina así, va a estar muy bien.
--'Sapere aude' significa “atrévete a saber”. ¿Qué ha aprendido en todos estos años con 'Merlí'?
--Esto va de aprender una y otra vez, de tener capacidad de improvisación, y de dotarte de herramientas y de gente que te ayuda a gestionar las cosas que están pasando. Pero el viaje no acaba. Esto es como el mito de Sísifo, que sube la piedra cada mañana, una y otra vez. Pues igual, esto es para toda la vida.