Ada Colau pasa de los comerciantes. La alcaldesa de Barcelona desoye las quejas de los botiguers y redoblará sus cortes de calle al tráfico rodado. El más polémico es el de Via Laietana, que el ayuntamiento no solo recuperará, sino que convertirá en estable: esta arteria vetará los vehículos cada fin de semana. Asimismo, el equipo de gobierno municipal cortará también la calle Aragó --actuación a la que también se opone el comercio--, aunque lo hará solo una vez al trimestre. En esta calle rápida, no obstante, el Ejecutivo local pretende encajar un carril bici.
Los nuevos cortes, que comenzarán en octubre, han sido presentados hoy la propia primera edil junto con la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, y la concejal de Movilidad, Rosa Alarcón. Las tres electas han explicado unos cortes de tráfico que ven un "éxito" pese al cabreo de los comerciantes, que se quejan de que han perdido caja en las calles sin coches, y la oposición de los empresarios, que han hecho una enmienda a la totalidad a las políticas de movilidad de Colau en Barcelona.
¿Qué se cortará?
El ayuntamiento ha tildado de "medidas muy pedidas y esperadas" estas políticas, que se trasladarán a las reuniones del Pacto Municipal por la Movilidad. ¿Cuáles son? El corredor bici de la calle Aragó y otro en el paseo de la Zona Franca; la ampliación de aceras en Ronda Universidad y calle Pelai y más carriles para el autobús en dos tramos de la avenida Diagonal y Gran Via, amén de los los accesos a las estaciones de Sants; Sant Andreu Arenal y Barcelona Nord.
También son importantes los cortes temporales de calles. El Ayuntamiento de Barcelona interrumpirá al tráfico 34 vías los fines de semana de octubre de 2020 a julio de 2021. Los principales son Via Laietana, que se cerrará de las 15:00 horas del sábado y todo el domingo; carretera de Sants-Creu Coberta y paseo de Sant Joan-Pi i Margall. Todas ellas cada fin de semana. Una vez al mes no habrá coches en Gran de Gràcia y Fabra i Puig-Onze de Setembre, aunque esta última vía se cortará también a las 15:00 horas para no ahogar el mercado municipal, que abre el sábado por la mañana. Por último y mientras no se encaja el carril bus de la calle Aragó, esta vía se cerrará de forma "simbólica" una vez cada trimestre.
Contra los comerciantes
Hay más. Además del urbanismo agresivo --"táctico", tal y como lo llama el Ayuntamiento de Barcelona-- en favor del transporte público y el peatón, el equipo de gobierno de Ada Colau apuesta por lo que llama "pacificación", esto es, expulsión de los coches mediante las llamadas superislas. Una intervención de este tipo, por bien que temporal, se construirá en la confluencia entre Rocafort y Consell de Cent. Ambas calles ya han ampliado aceras --con las quejas de los automovilistas--. Ahora habrá más. El Ejecutivo local quiere un "chaflán verde" similar a una superisla, con aceras mucho más anchas y, por lo tanto, mucho más espacio para el peatón y menos para el vehículo privado.
Es una actuación más de las polémicas políticas de movilidad que está desplegando el bipartito formado por Barcelona en Comú y PSC en Barcelona. Ambos partidos están implementando iniciativas muy agresivas contra el transporte en coche y moto. De hecho, a todo lo anunciado hoy a partir de otoño se le debe sumar la puesta en marcha de las multas por contaminar con arreglo a la normativa de Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Las sanciones de hasta 500 euros, que afectarán a los vehícuos antiguos, comenzarán el 15 de septiembre,