Cataluña es una tierra en la que el románico está muy presente. Y no sólo en las ciudades, también en plena naturaleza. Los amantes de la arquitectura pueden disfrutar de innumerables construcciones a lo largo de toda la región. En los alrededores de la Ciudad Condal, por ejemplo, existe una ruta que tiene como eje central la ciudad de Vic y que, según explican desde la Diputación de Barcelona, “funde el románico con joyas de nuestra naturaleza”.

Castillo de Montesquiu

Los señores de Besora, linaje descendente del vizcondado de Besora, tenían un castillo muy especial que hoy se conoce como Parque del Castillo de Montesquiu. Elevado entre montañas escarpadas, la naturaleza ya ha empezado a instalarse incluso dentro del propio castillo, seguramente construido sobre una antigua torre de defensa sobre el río Ter.

Castillo de Montesquiu / ALBERTO-G-ROVI - WIKIMEDIA COMMONS

Castillo de Montesquiu / ALBERTO-G-ROVI - WIKIMEDIA COMMONS

Los bosques de roble y pino rojo enriquecen de color y encanto el entorno de las ruinas del castillo de Besora y de la iglesia románica de Santa Maria. Cerca del castillo está la capilla de Sant Moí, un pequeño edificio de finales del siglo X de planta rectangular. Los muros son de fabricación muy rudimentaria, y la capilla y el cortijo anexos forman parte del castillo de Montesquiu.

Sant Martí del Brull

En el Parque Natural del Montseny, Reserva de la Biosfera reconocida por la Unesco desde 1978, la Edad Media se expresa todavía a las piedras de sus ermitas. La iglesia de Sant Martí del Brull, de origen románico, tiene una sola nave y está cubierta por una nave alunetada. Sufrió modificaciones en el siglo XVI y todavía reveló un bello secreto en 1909, cuando fueron descubiertos sus murales, que desde el 1935 están en el Museo Episcopal de Vic.

Sin salir del Parque Natural del Montseny también se encuentra el imponente castillo de Montsoriu, centro de la señoría feudal des vizcondes de Cabrera. Original del siglo X (o incluso de antes), cuando se edificó era la entrada natural desde las tierras ocupadas por los sarracenos para penetrar en el condado gerundense. Al lado está la capilla prerrománica dedicada a Sant Pere, con restos del altar y de pinturas murales (la capilla actual es de estilo gótico).

Iglesia de Sant Pere Desplà

En el valle de Arbúcies, con unas espectaculares vistas sobre las Guilleries y el Montseny, está ubicada la iglesia de Sant Pere Desplà, un edificio románico del siglo XII muy bien conservado.

Iglesia de Sant Pere Desplà / JOAN201009 - WIKIMEDIA COMMONS

Iglesia de Sant Pere Desplà / JOAN201009 - WIKIMEDIA COMMONS

Pequeña y rodeada de un verde intenso, es un refugio de paz e historia que abre sus puertas a su fachada sur para enseñar algunos tramos de muro de la iglesia prerrománica precedente que todavía se conservan.

Sant Pere de Casserres

El espacio natural de las Guilleries-Savassona, al sur del embalse de Sau, es una de las grandes joyas del abrazo catalán entre el románico y la naturaleza. El monasterio de Sant Pere de Casserres se eleva espectacularmente sobre el río Ter, en un punto clave de sus defensas. Destaca el cenobio, en la punta de una península totalmente rodeada de agua, formada por un meandro del río Ter.

Entre las paredes de este edificio, donde vivieron pequeñas comunidades de monjes entre los siglo X y XIV aproximadamente, se puede visualizar cómo era la vida de los monjes durante su estancia en el cenobio a través del refectorio, la cocina, la bodega y la sala capitular.

Sant Feliuet de Savassona

La ruta románica por Cataluña finaliza en Sant Feliuet de Savassona, elevado sobre una gran roca que regala unas muy buenas vistas de la Plana de Vic y de las montañas de sus alrededores. El edificio, construido allá por el siglo X y formato por una nave, conserva el ábside rectangular de época prerrománica.

Junto a él se han encontrado restos de anteriores civilizaciones, unas interesantes tumbas antropomorfas y excavaciones para almacenar agua. Muy cerca también está la iglesia de Sant Pere de Savassona, cuya nave fue elevada en el siglo XVII. Por último, en el municipio de Tavèrnoles (a escasos dos kilómetros de Sant Pere de Savassona) se sitúa la iglesia románica de Sant Esteve, un buen ejemplo de la arquitectura lombarda.