Un 7 de mayo de 1298 se puso la primera piedra de la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia de Barcelona. Desde entonces no cabe duda de que este monumento religioso gótico es uno de los más emblemáticos y más visitados de la Ciudad Condal. Sus muros guardan cientos de historias, anécdotas y un sinfín de curiosidades, que muchos no conocen.
Ante tal efeméride ocurrida hace ya 720 años, he aquí una recopilación de lo que puede interesar a cualquier visitante ávido de historia, porque, como no podía ser de otro modo, siete siglos dan para mucho en un edificio que marcó la actividad barcelonesa durante mucho tiempo.
Una catedral con mucho que contar
Antes de nada, un poco de antecedentes. La catedral de Barcelona se levanta sobre una antigua iglesia románica, que antes había sido paleocristiana y cuyos restos están en el Museo de Historia de Barcelona. Aunque comenzó a construirse en 1298, curiosamente su fachada no se terminó hasta la mitad del siglo XIX.
Detalle de la fachada de la Catedral de Barcelona / CREATIVE COMMONS
Lo que más llama la atención son las insólitas esculturas que la decoran. Las más vistosas son las trece ocas blancas diseminadas por el claustro. La elección del número de aves no es casualidad y simbolizan los trece castigos a los que fue sometida Santa Eulalia por negarse a renunciar a la fe cristiana.
Mensajes ocultos
En la torre derecha del campanario hay un caracol esculpido y no por casualidad. Unos dicen que el constructor quería mandar un mensaje subliminal a su mujer infiel; otros, que simboliza la plaga de caracoles que hubo en la zona en el siglo XVI, momento de la construcción de esa parte.
En la capilla de San Benet, en la parte trasera, hay una ballesta grabada. Su significado a día de hoy sigue siendo una incógnita, pero está claro que dota de singularidad a este popular monumento religioso barcelonés.
Fachada principal de la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia / CREATIVE COMMONS
Zapatos, gárgolas y mujeres
Parece poco común el relieve de un zapato que decora la fachada lateral, en el lado de la calle dels Comtes. La teoría más aceptada es que representa al gremio de zapateros, que fue uno de los que financió una parte de la catedral.
Más curiosas son las más de 250 gárgolas, inspiradas en la mitología y en seres fantásticos, que decoran su campanario y las techumbres. Su función es dar salida al agua, aunque también se dice que están ahí para ahuyentar el mal. Sea como sea, no están menos envueltas en misterio que otras partes.
Y para finalizar, la catedral tiene 21 campanas, todas con nombre de mujer y cada una con un significado. La más grande es la Tomasa y suena en ocasiones especiales.