Siete años son mucho tiempo. Para Ada Colau, ha significado la transición de activista provivienda a alcaldesa de Barcelona. El cambio ha venido aparejado de algunas renuncias. Varias de ellas son en el terreno turístico. El colectivo contra el proyecto hotelero de Praktik en Drassanes de Barcelona ha aflorado un vídeo de 2010 en el que Colau carga duramente contra el proyecto. Siete años después, el gobierno que comanda la primera edil permitirá el establecimiento.
El vídeo, difundido por NoHotelDrassanes, muestra a una Colau activista que critica la intervención de Praktik en la zona. "Es el colmo, la arrogancia con el que se hacen las cosas en la ciudad. No es sólo que se cuente con el sector privado como principal aliado para construir la ciudad y no los vecinos, sino la arrogancia con la que se hace", señala.
"Si hay un problema de vivienda en la ciudad en general en la ciudad, de precios --continúa Colau-- si hemos sufrido la burbuja inmobiliaria en la ciudad, resulta que un trocito en el que debía haber vivienda social se cede para hacer otro hotel en el centro de Barcelona".
Otros concejales
La intervención de Colau se produjo en el propio solar continguo a la avenida Portal de Santa Madrona en el que la cadena hotelera elevará dos alojamientos paralelos.
La protesta bautizada como Gran Hotel Barcelona, reunió a otros concejales del gobierno municipal actual como Gerardo Pisarello, primer teniente de Alcalde o Jaume Asens, cuarto teniente de Alcaldía.
También participó Zaida Muixí, directora de Urbanismo de Santa Coloma de Gramenet y pareja del concejal de Vivienda de Barcelona, Josep Maria Montaner.
No lo puede parar
La contundencia de Colau en su intervención en el solar de Drassanes en 2010 contrasta contra la incapacidad municipal actual para parar el proyecto en la parte baja de Ciutat Vella.
Los promotores cuentan con todas las licencias, y sólo esperan al sí municipal para empezar a acometer las obras.
La última maniobra para tratar de impedir el proyecto fue pedir a la Generalitat que catalogue la zona adyacente a las antiguas ataranzas, medida que el gobierno catalán rechazó.