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Historia

El viaje en metro que lleva a la antigua Roma: termas, jardines y una casa de los delfines

Con un simple billete de transporte público cualquier catalán puede disfrutar del pasado romano de la ciudad

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No hace falta ir a Roma para viajar en metro y hallar ruinas del viejo Imperio. En Barcelona esta posibilidad existe, aunque lleva fura de la ciudad.

Hace ya unas décadas, la ciudad de Badalona encontró en el subsuelo un rico pasado romano: casas, termas, templos, jardines y la llamada Casa de los Delfines. Un pasado que muestra el peso de esta urbe a lo largo de la historia.

Lo más curioso de todo es que, incluso con la construcción de la parada de metro de Pompeu Fabra, se dieron de bruces, con incluso más restos. Los secretos de hace 2.000 años salen a la luz.

Por aquellos tiempos Cataluña como tal no existía. Nada tenía el nombre actual, ni Badalona. Esta ciudad romana recibía por aquel entonces el nombre de Baetulo.

Baetulo, la ciudad romana original

La urbe empezó su andadura siendo una colonia romana fundada en el siglo I a. C. El imperio tuvo claro que se trataba de un enclave estratégico del Mediterráneo. 

Su localización, cercana a la costa y atravesada por la Vía Augusta, la convirtió en un centro de comercio y producción agrícola, con especial importancia del vino.

Villa romana de Badalona

Villa romana de Badalona

Su prosperidad atrajo a familias acomodadas que levantaron viviendas de gran tamaño decoradas con mosaicos, pinturas murales y patios ajardinados.

Los arqueólogos han constatado que Baetulo contaba con murallas, calles empedradas en retícula, cloacas y edificios públicos como las termas

Qué se puede ver 

Buena parte de estas construcciones se pueden ver ahora, si se viaja en la L2 del metro hasta Pompeu Fabra. Nada más bajar, se encuentran los espacios extramuro de la ciudad romana.

Allí, en las conocidas Cases Verdes, se encontraban un taller metalúrgico con horno y un fragmento de la Vía Augusta de la que aún se pueden ver sus restos.

Tambien están las ruinas del ustrinum, un recinto funerario de incineración del siglo I a. C., y un mausoleo donde se hallaron los restos de una quincena de personas, entre ellas varios niños.

Otro de los hallazgos más llamativos fue un anillo de oro deformado por el fuego durante una cremación. 

El teatro romano

A escasos metros de allí se encuentran el Teatro Romano y el Museu de Badalona, construido sobre parte del yacimiento arqueológico. 

El recorrido subterráneo, de más de 3.400 metros cuadrados, permite caminar entre los restos de esta antigua colonia romana y conocer los vestigios de una civilización sobre la que se erige la actual.

Ruinas de las termas romanas de Badalona

Ruinas de las termas romanas de Badalona MUSEO DE BADALONA

Las termas de Badalona

Con un paseo por el subsuelo, los visitantes pueden entrar en las termas públicas, que conservan las salas de agua fría (frigidarium), templada (tepidarium) y caliente (caldarium), además del sistema de hipocausto que calentaba el suelo. 

También se conserva un largo tramo del decumanus maximus, la principal vía urbana de la vieja Beatulo. Y a ambos lados, aparecen los restos de talleres y viviendas que se erigían en los márgenes de la calle.

La casa de los delfines

Pero hay unos restos de esta antigua ciudad que ocupa un lugar destacado en el museo: la llamada Casa dels Dofins.

Se trata de una domus romana que debe su nombre a los mosaicos de delfines que decoran el patio central, símbolo de fortuna y relación con el mar. Aunque hay más animales. También se conservan mosaicos con pulpos y otras figuras marinas.

La Casa de los Delfines de Badalona

La Casa de los Delfines de Badalona MUSEU DE BADALONA

La visita a la casa permite recorrer diferentes estancias privadas y públicas de una vivienda romana de alto nivel. Se observan dependencias que van desde los dormitorios (cubicula) hasta el triclinio, donde se celebraban los banquetes

Se ha documentado incluso un sistema de recogida de agua de lluvia y elementos decorativos de gran calidad. Todo un ejemplo de arquitectura doméstica romana. 

El vino de Badalona

Aunque si por algo era famosa la antigua Badalona era, por su vino. Los viñedos plantados en la zona permitió a muchos terratenientes enriquecerse y construir mansiones como esta. 

Aunque, de baja calidad, según apuntan los textos del poeta y epigrafista Marco Valerio Marcial, eso no restó importancia a la riqueza del territorio y sus habitantes.

Qué importancia tuvo Baetulo

A diferencia de otras ciudades costeras de menor tamaño, Baetulo fue una colonia próspera y plenamente integrada en el imperio romano. Su actividad económica giraba en torno a la producción de vino, sí, pero también del aceite y cerámica, productos exportados a otros territorios del Mediterráneo.

Estos productos se expandían y vendían en las bastas tierras en las que gobernaba el imperio romano gracias al comercio marítimo. Asimismo, la cercanía de la Vía Augusta, la gran carretera que unía Roma con Cádiz, también servía de refuerzo.

Mas allá de lo económico, la ciudad también era un centro cultural y religioso. Lo demuestran los restos de esculturas, inscripciones y objetos de la vida cotidiana hallados en las excavaciones.

Además del recorrido principal y de la Casa dels Dofins, en Badalona se pueden visitar otros puntos de gran interés. Destacan el jardín de Quint Licini, la domus de Lladó y el área del teatro romano, descubierto en 2017 y en proceso de estudio.

El compromiso del Ayuntamiento y de la comunidad arqueológica con la preservación de las ruinas romanas de Badalona ha permitido que hoy, esta zona, sea uno de los yacimientos urbanos más destacados de toda Cataluña. Y se puede acceder a ellos con un simple billete de metro.