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No debería ser así, pero cada 8M se reivindica la importancia de las mujeres en la sociedad, la actual y la histórica. Y no debería así, porque ese papel no solo se debería reconocer sino también estudiar. 

Los libros de Historia están llenos de nombres que gobernaron o fueron reconocidos a lo largo de los siglos. ¿Con razón? Es más que obvio. ¿Pero no había mujeres que hicieron tanto más a lo largo de los siglos? La respuesta es sí. Aunque en muchas ocasiones han sido invisibilizadas.

Es un fenómeno global. Pasa en todo el mundo y, poco a poco, se trata de revertir. Poco a poco, en las escuelas, universidades y otros espacios de la esfera pública se habla de esas mujeres que han luchado por hacer del mundo un lugar mejor.

En Cataluña se cuentan también por miles las mujeres que, gracias a su trabajo y a tener que superar muchas dificultades, destacaron en sus trabajos y fueron pioneras. Sin voluntad de sentar cátedra y sabiendo que son muchas, Crónica Global quiere destacar a 10 mujeres catalanas que apenas aparecen en los libros de Historia o que, durante siglos, han sido ignoradas o menospreciado su papel en la Historia. Son todas las que están, pero no están todas las que son.

Eulàlia Ferrer i Viader 

Conocida como la pionera de la impresión en Barcelona, esta mujer nacida en 1780 fue la primera mujer en dirigir el Diario de Barcelona. Lo hizo cuando enviudó y tuvo en contra al mismo rey Fernando VII que, años atrás le había otorgado la dirección del diario a su marido, porque junto a su esposa, publicaron varios diarios y folletos para ayudar a los soldados durante la guerra de los franceses.

Ella fue también la responsable de la editorial familiar, pero tuvo que inscribirse con su marido, y cuando falleció y tomó las riendas, el colegio de libreros se escandalizó y no pararon de denunciarla con pleitos, boicots y demás. 

Josefa Vilaret

Conocida como la Negreta, esta mujer lideró en 1789 los llamados alborotos del pan, una protesta contra el aumento de precios de los productos básicos que, liderado por esta vecina de Barcelona, logró reunir a 8.000 personas.

Rebelarse le salió caro. Ella y otras cinco personas fueron detenidas y ejecutadas en la plaza pública para dar escarmiento. Nadie acudió. 

Dolors Aleu

Dolors Aleu

La primera licenciada en Medicina. Era 1879 cuando eso se produjo, tras cinco años escoltada en la facultad por el rechazo que generaba ver a una mujer en esas aulas. No se rindió y en 1885, fundó junto a Clotilde Cerdà la Academia de Bellas Artes y Oficios para la Mujer, donde impartió clases de Higiene Doméstica. Además, ejerció con gran éxito durante 25 años en su consulta de la Rambla Catalunya, especializándose en ginecología y pediatría. 

Carme Karr

Escritora, periodista y feminista, Carme Karr i Alfonsetti fue una de las pioneras en la lucha por los derechos de las mujeres en Cataluña. Dirigió la revista Feminal, desde donde promovió el acceso de las mujeres a la educación y al trabajo intelectual, así como defendió el derecho de las mujeres al voto. Asimismo, impulsó campañas en favor del voto femenino y la igualdad de derechos en el ámbito laboral. 

Palmira Jaquetti i Isant 

Intelectual polifacética, destacó como docente, escritora, traductora, musicóloga y folklorista. Pese a provenir de una familia modesta, obtuvo una sólida formación académica y ejerció como profesora en los Instituts-Escola de la Generalitat y, tras la Guerra Civil, como catedrática de francés.  Vinculada a instituciones culturales como el Ateneu Barcelonès, su mayor legado fue su contribución a la Obra del Cançoner Popular de Catalunya, recopilando más de 10.000 canciones tradicionales. 

Aurora Bertrana 

Por suerte, ya mucho más reconocida, esta escritora, aventurera y feminista fue una de las primeras mujeres catalanas en viajar por la Polinesia y escribir sobre su experiencia. También fue una figura clave en la literatura en catalán, pero su obra ha sido menospreciada en comparación con la de su padre, Prudenci Bertrana.

Aurora Bertrana 

Elena Jordi

Nacida Montserrat Casals i Baqué (1882-1945), fue una destacada actriz de vodevil y empresaria teatral que se convirtió en la primera directora de cine en España al dirigir, producir y protagonizar Thais (1917-1918), una película de la que no se conservan copias. Aunque no se ha encontrado un anuncio oficial de su estreno, diversas reseñas y entrevistas confirmaron su papel pionero en el cine, adelantándose a Helena Cortesina. 

Caterina Albert i Paradís

Conocida ahora con su nombre original, esta escritora se vio obligada a escribir con pseudónimo tras descubrirse que fue ella, una mujer, quien escribió el monólogo La infanticida. Aun así no se detuvo y con la publicación de Drames rurals (1902), consolidó su estilo narrativo, caracterizado una mirada crítica hacia la sociedad y la situación de la mujer. Eso sí, tuvo que hacerlo bajo el nombre de un hombre, Víctor Catalá.

A lo largo de su trayectoria, Víctor Català exploró temas como la marginación de la mujer, la maternidad, el deseo femenino y la crítica al matrimonio, situándose como una autora innovadora y comprometida con la realidad social de su tiempo. Su obra más reconocida, Solitud (1905), profundiza en la búsqueda de la identidad femenina a través de una protagonista que enfrenta la soledad y la opresión social.

Caterina Albert i Paradís

Julia Cabrera Baños

No todo van a ser mujeres que hicieron el bien por la comunidad. Si figuras como Pablo Escobar son reconocidas, también pueden serlo algunas mujeres catalanas conocidas por sus fechorías. Una de las que en su día fue más conocida, pero a la que no se le prestó mucha atención, fue Julia Cabrera Baños.

Esta ex empleada del Banco Central de Barcelona fue una de las participantes responsables de asalto a esa serie bancaria en 1981. Según informes de la época, proporcionó información detallada sobre la distribución interna del banco, las cajas fuertes y la ubicación de los despachos, hechos por las que fue detenida y encarcelada.

Neus Català 

Por último, destacar un nombre que solo entrado el siglo XXI empezó a sonar en Cataluña. Esta superviviente del campo de concentración nazi de Ravensbrück, fue una luchadora antifranquista y activista incansable por la memoria histórica. Eso la relegó a la clandestinidad e incluso al olvido, aunque su labor fue reconocida en sus últimos años de vida.

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