Catalogar un edificio como bien de interés cultural debe ser motivo de cuidados y medidas para procurar su conservación. No siempre pasa.
En Cataluña hay muchas obras que forman parte del patrimonio histórico y arquitectónico del territorio y están en ruinas. Uno de los que cada vez preocupa más es de un hospital de Tarragona.
Un hospital maldito
En realidad, la construcción fue un lugar de prevención. Su propio nombre lo indica: preventorio de la Savinosa. Un lugar que fue más que necesario en su día y que ahora parece marcado por la desidia y el olvido.
Concebido como un sanatorio infantil para la prevención de la tuberculosis, su historia está plagada de infortunios, usos dispares y abandono progresivo. Para muchos es un edificio maldito. No por los fantasmas, aunque algo de eso hay, sino porque nunca acabó de funcionar del todo.
La primera idea
Desde su inauguración en 1945 hasta su cierre definitivo en 1967, el edificio ha pasado de ser un refugio para niños en riesgo sanitario a convertirse en un espectro arquitectónico que hoy sigue sin un destino claro.
Ya el proyecto tardó en despegar. La idea de su construcción nació en la década de 1920 con el objetivo de proteger a los niños susceptibles de padecer tuberculosis. La primera piedra fue colocada en 1928 con la esperanza de que el edificio estuviera en pleno funcionamiento en un plazo de dos años.
Hospital de guerra
No sucedió del todo así. La obra se alargó y no fue hasta 1945 cuando el edificio comenzó a acoger a los pequeños en condiciones supuestamente óptimas para su recuperación.
El edificio empezó a coger forma antes. En ese año y durante la Guerra Civil, el preventorio fue improvisadamente adaptado como refugio para niños que huían de los bombardeos en ciudades como Madrid y Málaga.
Noticias relacionadas
- Ni el Catllar ni Palau Güell: esta es la obra más extraña y desconocida de Gaudí
- Parece El Señor de los Anillos, pero está en Cataluña y es una joya: la preciosa cueva a menos de una hora de Barcelona
- Este es el colegio donde estudió Sandra Barneda: pijo, religioso y en un barrio popular de Barcelona