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El acueducto más famoso de España sea probablemente el de Segovia. En Cataluña, uno de los más conocidos es el de Tarragona, una obra de ingeniería romana que impresiona a la entrada de la ciudad desde la autopista.

Este no es el único que hay en Cataluña. Está els dels Arcs, el de Can Cua y tantos otros. Pero hay uno que destaca por encima del resto y eso que va por debajo. 

De cuándo es

En Girona se ha hallado un acueducto romano, fechado del siglo I que sorprende por sus dimensiones y, sobre todo, por sus características. La principal de todas ellas es que se encuentra bajo tierra.

Si la mayoría de infraestructuras similares de la época romana estaban en el exterior, esta es distinta, precisamente por ello. Ya se tenía cierto conocimiento de ella, pero las últimas excavaciones han confirmado sus grandes dimensiones y su excepcionalidad.

Dónde está

Los arqueólogos de la Universidad de Girona han descubierto un tramo del acueducto romano que abastecía la villa del Pla de l’Horta en el actual municipio de Sarrià de Ter. Una obra de un tamaño mayúsculo, y más si se tienen en cuenta que tienen más de dos mil años de historia.

Los últimos datos reportan que este conducto de agua subterráneo data del siglo I a. C. o del siglo I d. C. mide 18,5 metros. Las dimensiones del acueducto son comparables a las de las canalizaciones utilizadas para abastecer ciudades enteras, lo que sugiere que la villa del Pla de l’Horta no era una simple residencia privada, sino un centro agrícola y productivo de gran importancia en la región. 

Cómo es el acueducto

Mientras los acueductos romanos más conocidos iban por fuera, esta época de la época tardorrepublicana o de tiempos del emperador Augusto, se encuentra soterrada.

En lugar de grandes pilares y arcos elevados, este acueducto consistía en una canalización excavada en la arcilla del terreno, aprovechando la pendiente natural para transportar el agua.

Último hallazgo

El nuevo tramo descubierto mide 60 centímetros de ancho y 1,10 metros de profundidad. A medida que avanza en dirección norte, su pendiente desciende un centímetro, lo que permitía que el agua corriera en su interior sin estancarse. 

Este diseño, aunque menos llamativo visualmente, era eficaz y funcional. Permitía que el agua fluyera sin necesidad de estructuras adicionales y protegía la canalización de la erosión y de posibles ataques o sabotajes.

Revelaciones del acueducto

Más allá de sus dimensiones, este descubrimiento también ha arrojado luz sobre el antiguo asentamiento romano del Pla de l’Horta. Las dimensiones de esta infraestructura hacen pensar que más allá de las necesidades de agua de la villa agua para consumo humano.

El Pla de l’Horta fue una importante villa romana dedicada a la producción agrícola. Su ubicación estratégica cerca del río Ter, favorecía el desarrollo de cultivos y la cría de ganado, pero su crecimiento exigía una infraestructura hídrica estable.

Pla de l'Horta

Este acueducto era una pieza clave en el funcionamiento de la villa, garantizando el abastecimiento de agua para uso doméstico, agrícola y posiblemente para actividades artesanales. Su construcción marca un punto de inflexión en la evolución de la villa, que fue dotada de una de sus primeras grandes infraestructuras hidráulicas.

Las excavaciones han revelado un nuevo tramo de 18,5 metros, algo que ya se intuía. Los arqueólogos ya sospechaban la existencia de este acueducto desde hace más de 50 años

Evolución de la villa

En los años 70, cuando se descubrió el yacimiento de la villa romana del Pla de l’Horta, se hallaron vestigios de una canalización en una finca privada colindante. En la década de los 90, estos restos fueron documentados, pero el trazado completo del acueducto seguía siendo un misterio.

Este descubrimiento no ha sido el único hallazgo importante en la campaña arqueológica. Durante la excavación, los arqueólogos han encontrado dos nuevas estancias en la villa y varios objetos de uso cotidiano que ayudan a reconstruir la vida en el asentamiento romano.

Objetos destacados

Entre los objetos recuperados destacan una vasija de bronce, posiblemente utilizada para el almacenamiento de líquidos, un dado de hueso, lo que sugiere que los habitantes de la villa practicaban juegos de azar, y una moneda con la efigie del emperador Septimio Severo, lo que aporta información sobre la circulación de moneda en la villa durante el siglo II d. C.

Estos hallazgos refuerzan la idea de que el Pla de l’Horta no era una simple residencia, sino un centro económico con una vida activa y conectada con el resto del Imperio Romano.

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