La misteriosa estatua de la libertad catalana: masona y perseguida por el franquismo
- Este espacio estuvo cerrado durante la dictadura y ahora muy pocos lo conocen
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No hace falta viajar a Nueva York para ver la Estatua de la Libertad, tampoco a París. Este famoso monumento tiene una increíble réplica, casi exacta, en el centro de Barcelona, pero muy pocos conocen de su existencia.
No es fácil. Durante muchos años este emblema de tolerancia y todo lo que la rodea en Cataluña estuvo prohibida por el franquismo. Y es que quien la trajo aquí tenía algo que desagradaba al régimen.
Un apellido familiar
La historia remonta a un apellido muy televisivo, Arús. Pero, que se sepa, no tienen nada que ver con el presentador catalán de La Sexta, sino con un masón catalán de reconocido prestigio, Rossend Arús.
Este hombre, periodista de profesión, era un apasionado de la masonería. Tanto es así que, a lo largo de su vida, recopiló todos los libros, revistas y materiales al respecto. Y quiso ponerlos a disposición del mundo.
70.000 libros de masonería
Todo empezó a finales del siglo XIX. Convertido en filántropo, este catalán encargó al arquitecto Bonaventura Bassegoda reconvertir un edificio del Passeig Sant Joan de Barcelona, en el centro de la ciudad, en una biblioteca. Su objetivo: poder albergar sus colecciones de libros y arte.
Con el paso de los años, este inmueble se ha convertido en todo un referente de la masonería y la historia de España, que alberga una impresionante colección de más de 70.000 volúmenes que abarcan temas como la masonería, el anarquismo y otros movimientos sociales. Pero, claro, lo primero que llama la atención al cruzar las puertas de este santuario laico es una pequeña estatua de la libertad, que preside la entrada desde lo alto de la escalinata.
Una estatua de la libertad única
Sí, oculta en el interior del número 26 de esa calle de Barcelona se encuentra a buen resguardo una réplica de esta mítica estatua, única en el mundo. Y es que, a pesar de lo que se pueda pensar, no es una de tantas reproducciones que hay por el mundo de la famosa Estatua de la Libertad.
Esta escultura escondida en la Biblioteca Arús es una de las tres únicas reproducciones que se hicieron a finales del siglo XIX. La primera y más grande (46 metros de altura) es la de Nueva York (1886), patrimonio de la humanidad y situada en Liberty Island; la segunda es la de París (1889), mucho más pequeña (11,5 metros) y ubicada en Lîle des Cygnes, y la tercera y más pequeña de todas, es esta que veis en la foto, que recibe al visitante como una perfecta anfitriona en la Biblioteca Arús (1894).
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Esta particular réplica es obra del escultor Ll. Razzuoli tiene sus particularidades. Si bien, como las otras dos, porta una antorcha, en la izquierda porta un libro en el que puede leerse: “Alma libertas”, en castellan "querida libertad".
Un trabajo de años
Esto es lo que más admirada y por lo que más abogaba este reconocido masón. Comprometido con los ideales de libertad y progreso, como periodista no dejó de apostar por la verdad, la misma que se ocultaba en las obras de teatro que también escribió.
Pero su voluntad de conocimiento era superior a todo esto. Durante años, Arús acumuló libros e información sobre la masonería y la política de Barcelona. Y todo ello lo quiso compartir, abriendo una biblioteca. Aunque nunca la vio abierta al público.
Obra póstuma
Rossend Arús murió en 1891, cuatro años antes de que su preciada biblioteca abriera. Por desgracia, no pudo ver como este espacio se convertía en el primer centro de documentación política de la capital catalana.
En poco tiempo, la Biblioteca Arús se erigió como un bastión de conocimiento y libertad, acogiendo un valioso fondo bibliográfico durante tiempos convulsos. Y su estatua se convirtió en un símbolo. Un símbolo perseguido.
Persecución de Franco
Durante la dictadura de Franco, el dictador tuvo a los masones en su punto de mira y la biblioteca catalana fue uno de sus objetivos. El régimen franquista cerró sus puertas y arrinconó la estatua durante más de veinte años, para impedir el acceso a la biblioteca y a los documentos masones, perseguidos por el régimen.
El legado de este burgués y de su simbólica guardiana tuvo sus bajas, pero no pudieron acabar con todo su material. De hecho, buena parte de él se mantuvo intacto. Y su estatua de la libertad también.
Nuevas colecciones
Quien quiera verla, sólo debe acercarse a esta biblioteca ubicada en el centro de Barcelona, refugio de la libertad y un santuario para los amantes de la decoración y la historia. Más allá de la famosa escultura, la entrada se inspira en Santuario de Atenea y recuerda que este es un lugar especial, dedicado al saber y al pensamiento libre.
La sala de lectura, que conserva su aspecto original, está decorada con plafones que representan bibliotecas de todo el mundo y nombres de figuras históricas que contribuyeron al avance del conocimiento, como Darwin o Servet. En 2011, la biblioteca también se convirtió en el hogar de la Colección Sherlock Holmes de Joan Proubasta, una de las más completas de Europa, con miles de piezas que homenajean al famoso detective británico. Todo eso hace de la Biblioteca Arús un tesoro único en Cataluña, con una Estatua de la Libertad que pocos conocen y que logró sobrevivir al franquismo.