Así es la única catedral románica del Pirineo: una joya del siglo XII a 700 metros de altura en Cataluña
- El obispo de esta iglesia es también soberano en un país vecino
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Que Cataluña es cuna del arte románico no cabe duda. Solo hace falta ver en el catálogo del Patrimonio de la UNESCO para darse de bruces con la importancia del conjunto románico del Vall de Boí. Pero aquí no se acaba la cosa.
De entre todas las catedrales que hay en toda Cataluña, hay una que se caracteriza por ser la única de este estilo arquitectónico. Y, como pasa con el arte de Taüll, también se encontró en el Pirineo.
La iglesia en cuestión, además, es soberana de Andorra. De hecho, su obispo lo es también del país de los Pirineos, pero es que además es su copríncipie. Esto es así desde el siglo XI, cuando se repartió el territorio de Andorra entre dos vasallos del conde de Urgell: su obispo y el conde de Caboet, aunque los dominios de este último acabaron pasando finalmente a Francia. Así, el presidente francés comparte principado con el obispo de esta catedral. ¿Cuál? La de la Seu d’Urgell.
Nombrada originalmente como Catedral de Santa María de Urgell, esta iglesia se erige a 691 metros de altura como un testimonio excepcional del arte y la arquitectura medieval. Además, este templo del siglo XII está considerado la única catedral íntegramente románica que se conserva en Cataluña. Todo esto, sumado a su estructura sobria y monumental y a su rica historia, la convierten en un objeto de análisis para los amantes del patrimonio y la arquitectura.
Esta es la historia catedral románica
Para empezar, el lugar donde hoy se encuentra la catedral de la Seu fue un importante centro religioso desde la época visigoda (siglos VI-VII), con la presencia de un templo cristiano primitivo vinculado a la diócesis de Urgell. Posteriormente, en el periodo carolingio (siglos VIII-IX), se construyó un templo prerrománico que marcó el inicio del protagonismo espiritual y político de la región.
No fue hasta bien entrado el siglo XI que la actual catedral comenzó a construirse en el siglo XI, bajo el impulso del obispo Ermengol. Su construcción, en cambio, culminó en el siglo XII durante el obispado de Odón de Urgel.
Inspirada en el estilo románico lombardo, la edificación destaca por su solidez estructural y decoración austera, con detalles como lesenas y arcos ciegos que caracterizan este estilo arquitectónico.
No fue fácil mantenerlos. A lo largo de los siglos, el edificio enfrentó deterioros por conflictos bélicos y reformas que introdujeron elementos renacentistas y barrocos, pero una restauración a finales del siglo XIX devolvió su aspecto románico original.
Cómo es la catedral
Así, la Catedral de Santa María de Urgell presenta una planta basilical de tres naves separadas por pilares que sostienen arcos de medio punto, un transepto y una cabecera con cinco ábsides. De estos, solo el ábside central, decorado con arquillos ciegos y columnas, se proyecta al exterior, coronando la estructura con un aire de fortaleza. Dos torres cuadrangulares flanquean el transepto, aportando un carácter defensivo que refuerza su imponente presencia.
La fachada principal es una obra destacada del románico catalán, presidida por un pórtico monumental decorado con motivos geométricos y vegetales que evocan un equilibrio perfecto entre funcionalidad y estética. En el interior, el ábside central alberga una imagen románica de la Virgen de Andorra, datada en el siglo XIII, que añade un toque de espiritualidad a la monumentalidad del conjunto.
Junto a la catedral se encuentra el claustro, un espacio construido en el siglo XII que encarna la esencia del románico. Formado por galerías con columnas dobles que sostienen 51 capiteles esculpidos, este espacio rodea un patio central que alguna vez fue un lugar de reflexión para los religiosos.
Por último, los capiteles son auténticas obras de arte. Las tallas, que representan escenas bíblicas, figuras humanas, animales y motivos vegetales, crean un relato visual que conecta a los visitantes con la vida medieval.
Así es la catedral-museo
Todo esto no se ha quedado solo en la historia y en sus paredes. Más allá de su valor arquitectónico y su legado, la catedral sigue siendo un centro activo de la vida religiosa y cultural de La Seu d’Urgell.
Actualmente, alberga la sede del obispo de Urgell y cuenta con el Museo Diocesano, que complementa la visita al monumento con una impresionante colección de arte sacro. Entre sus tesoros destaca el “Beatus de La Seu d’Urgell”, una copia ilustrada del Comentario al Apocalipsis de Beato de Liébana, que es una joya de la iluminación medieval. Todo ello, puede visitarse por un máximo de cuatro euros.
Cómo llegar
Para conocerla es necesario saber que se tarda más dos horas en coche. La Seu d'Urgell se encuentra a aproximadamente 150 kilómetros de Barcelona, y el trayecto en coche suele tardar unas dos horas y media.
La ruta más común comienza tomando la autopista C-16 en dirección a Manresa y Berga. Este tramo incluye un peaje antes de llegar a Berga. Posteriormente, se continúa por la carretera C-14, que lleva a lo largo del valle del río Segre hasta llegar a La Seu d'Urgell.