No es obra de Gaudí, tampoco es modernista, tampoco es una catedral y mucho menos es tan alta. Lo que hace tan especial a esta iglesia de la provincia de Lleida es que ha tardado dos siglos en terminarse.
El municipio de San Ramón, a una hora de Lleida y a hora y cuarto de Barcelona, ha visto su monasterio a medio hacer desde que arrancara su proyecto en pleno siglo XII. Era el año 1240 cuando empezó a funcionar, 2023 cuando se le ha puesto la última piedra.
El origen del monasterio
Para ser justos, cabe decir que en la Edad Media ya estaba concluido, pero a lo largo de los siglos fue sometido a diferentes reformas y ampliaciones. El convento data del año 1675; la iglesia del siglo XVIII y el nuevo convento del año del 1802. Esto hace que en su interior uno pueda disfrutar de distintos estilos arquitectónicos.
Pero hubo un problema. El nuevo convento quedó completamente paralizado. La desamortización eclesiástica paralizó las obras y a pesar de que en 1901 pasó a formar parte del obispado de Solsona quedaba por colocar la cúpula y la escalinata principal.
La cúpula definitiva
Eso no ha impedido que el templo esté abierto. Las escaleras se acabaron, pero quedaba la parte final, la colocación de la cúpula. Este 27 de febrero de 2023 fue el momento.
Los responsables de las obras han colocado una enorme estructura de madera tratada con sistemas ignífugos. Una mole de 2.200 kg de peso y un diámetro de 4,6 metros, que tuvo que ser levantada por una grúa de 15 metros.
Responsables de la última obra
La torre del monasterio ya está en su sitio, dos siglos después de que el proyecto se pusiera en marcha. Un momento muy especial para la comunidad mercedaria que la regenta. Para ellos, la colocación de la cúpula supuso la culminación de un proyecto largamente deseado.
Las obras han tenido un coste total de 200.000 euros. De ellas se ha encargado el arquitecto Josep Albert Adell que encargó las tareas de la construcción de la cúpula a la empresa Lleida Borniquel. Ellos, por encargo, usaron un recubrimiento ignífugo para evitar incendios.
Problemas políticos
El alcalde del municipio, Josep M. Ribera, se mostró orgulloso de la finalización de la obra, pero sí lamentó no contar con la ayuda de la Generalitat, comenta el diari Segre.
De 1995 al 2000, dos alas del monasterio fueron usadas como almacén de libros de las bibliotecas de Cataluña, algo que provocó daños en algunos puntos de la construcción.
Bien de interés cultural
Más allá de estas tramas políticas. Lo cierto es que, gracias a un presupuesto de 2,5 millones de euros, la cúpula y la finalización del proyecto del nuevo monasterio de Sant Ramón es una realidad.
El santuario, conocido popularmente como el Escorial de la Segarra, es un foco de atractivo cultural y turístico de Cataluña. Declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 1980 por su fachada barroca, recibe 10.000 visitas durante todo el año.
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