Bloques de viviendas en fase de construcción

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Promotores y constructores urgen cambios en las leyes urbanísticas para mejorar el sector de la vivienda

Los cambios en la normativa son uno de los principales factores que inciden en el sector, junto con los costes de construcción y la carencia de suelo

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La evolución del sector de la vivienda en Cataluña enfrenta un panorama complejo, donde las normativas urbanísticas juegan un papel necesario, pero que suelen derivar en tensiones entre la implementación de mejoras técnicas y las limitaciones de la regulación.

Los promotores de vivienda denuncian que las normativas urbanísticas han evolucionado sin adecuar dichas normativas a las necesidades reales de la construcción de viviendas.

“Han incorporado exigencias técnicas de sostenibilidad y calidad arquitectónica, pero sin adaptar elementos clave como los límites de edificabilidad o la altura máxima permitida”, señala Xavier Vilajoana, presidente de APCE Cataluña. “Este desfase tiene efectos directos en el diseño y funcionalidad de los edificios”, recalca.

Félix Solaguren Beascoa, director de ETSAB y Xavier Vilajoana, presidente de APCE Cataluña

Félix Solaguren Beascoa, director de ETSAB y Xavier Vilajoana, presidente de APCE Cataluña APCE

Demasiadas restricciones

Por ejemplo, el aumento de grosores en los forjados y las instalaciones técnicas, necesario para cumplir con los estándares de eficiencia energética, ha reducido la altura de las viviendas. Además, estas modificaciones no se han ensamblado correctamente con las alturas reguladoras máximas, lo que genera restricciones innecesarias en el diseño.

Esta situación queda reflejada en un trabajo de investigación llevado a cabo por Aleix Salazar y Jesús Quintana, investigadores predoctorales del departamento de Proyectos Arquitectónicos de la ETSAB – UPC. El estudio, titulado “La dimensión técnica de la vivienda. Evolución y nuevas propuestas en el ámbito de la calidad y la sostenibilidad en edificios plurifamiliares”, ha sido becado por APCE.

Los autores del estudio Aleix Salazar y Jesús Quintana, junto a Belén Onecha (ETSAB), Pere J. Ravellat (ETSAB) y Marc Torrent (APCE)

Los autores del estudio Aleix Salazar y Jesús Quintana, junto a Belén Onecha (ETSAB), Pere J. Ravellat (ETSAB) y Marc Torrent (APCE) APCE

La escasez de suelo 

La APCE también subraya la crítica situación del suelo urbanizable, especialmente en áreas metropolitanas, donde la disponibilidad de terreno es limitada. Esta carencia dificulta la construcción de viviendas necesarias para satisfacer la demanda actual y futura.

Para abordar esta problemática, se requiere la intervención de las administraciones públicas, que deben facilitar suelo en condiciones adecuadas y ofrecer un marco estable y seguro para el desarrollo de proyectos.

“Hace falta que las administraciones pongan suelo a disposición para poder producir vivienda en Cataluña si se quiere atender la demanda presente y futura”, reclama Vilajoana.  

Los tres hándicaps principales

Para comprender las tensiones normativas actuales, hay que tener en cuenta tres aspectos fundamentales. En primer lugar, se señala la rigidez de las normativas urbanísticas, que carecen de la flexibilidad necesaria para adaptarse a las demandas técnicas, sostenibles y habitacionales tanto presentes como futuras.

En segundo lugar, se menciona la reducción de la superficie útil como consecuencia del incremento en los grosores, factor que disminuye el espacio habitable y afecta directamente la calidad de vida de los ocupantes.

Finalmente, se identifica una incompatibilidad técnica entre los requisitos de sostenibilidad y eficiencia energética y los parámetros tradicionales de altura máxima, lo que dificulta la implementación de soluciones innovadoras.

Propuestas para mejorar la normativa

Promotores y constructores entienden que la situación actual de la vivienda requiere una serie de cambios para actualizar la normativa a las necesidades actuales. Entre estas medidas, sugiere flexibilizar el uso del suelo, permitiendo la doble utilización en locales comerciales ubicados en áreas con baja actividad y reconvirtiendo espacios vacíos en viviendas.

También propone revisar las densidades poblacionales, calculándolas por habitante en lugar de por vivienda, para optimizar el aprovechamiento del suelo.

Asimismo, se plantea priorizar la superficie útil sobre la construida en el diseño urbanístico, ofreciendo flexibilidad en el techo edificable cuando se incluyan mejoras arquitectónicas y de confort.

Otro cambio importante es ampliar los estándares actuales de altura máxima entre plantas para facilitar el cumplimiento de las normas de sostenibilidad y eficiencia energética.

Finalmente, se sugiere reducir las plazas de aparcamiento mínimas obligatorias, considerando las tendencias hacia una movilidad más sostenible.

Necesidad de colaboración público-privada

El sector insiste en la necesidad de unificar criterios normativos en Cataluña, adoptando un marco común que fomente la calidad arquitectónica y el bienestar habitacional. Además, subrayan la importancia de impulsar la colaboración entre el sector público y privado para garantizar una oferta de vivienda asequible y sostenible.

Lo que parece innegable es que, sin una actualización normativa, será difícil responder a las demandas de las familias catalanas. El futuro del sector depende de un urbanismo ágil, suelo disponible y políticas consensuadas que permitan superar las barreras actuales y construir un parque habitacional adaptado a las realidades de este siglo.