El AMB prevé registrar una ambiciosa hoja de ruta enfocada a reducir el déficit hídrico que registra el área metropolitana de Barcelona y que, si no se pone remedio, alcanzará cotas alarmantes en 2050. Los efectos del cambio climático y el aumento de la demanda por el incremento de la población pronostican una situación preocupante en las próximas décadas.
Para minimizar las consecuencias, la solución pasa por aportar más agua regenerada (agua residual a la que se somete a un proceso de depuración y regeneración para ser reutilizada) al río Llobregat y hacer un menor uso de los pantanos. La previsión es que su uso se triplique en dos décadas y pase de los actuales 56 hectómetros cúbicos a 130 hm³ en 2050.
Actualmente se está aportando agua regenerada al río Llobregat para ser captada por el ETAP de Sant Joan Despí y potabilizada. La inyección es, desde el pasado mas de diciembre, de 0,6 m³/s, cifra que incrementa un 25% el total del agua que lleva el río actualmente. Está previsto que en las próximas semanas la aportación aumente a 0,8 m³/s. Esta medida contribuye a desembalsar menos agua de los pantanos.
Paliar la sequía
El objetivo es aumentar la cantidad de recurso en el tramo metropolitano del río Llobregat a través de la aportación de agua regenerada. Por una parte, se aporta agua regenerada al río Llobregat para garantizar el caudal ecológico en el tramo final del río. Por otra, se aporta agua regenerada al río, a la altura de Molins de Rei, dónde se mezcla con el agua circulante del río y unos kilómetros más abajo es captada y potabilizada en la planta de Sant Joan Despí. El agua regenerada ya cubre, de hecho, el 25% de las necesidades de agua en Barcelona, que se ha multiplicado por 15 desde 2018.
Para tratar de amortiguar las secuelas de la sequía, el Plan Estratégico del Ciclo Integral del Agua (PECIA) apunta como posibles líneas de trabajo estratégicas algunas propuestas que se elevarán a la administración competente (ACA), siguiendo el ejemplo de lugares con un gran déficit hídrico, como California, Namibia o Singapur. Entre ellas, una planta potabilizadora, una estación de regeneración de agua en el río Besòs como la que ya existe en el Llobregat y una tubería de transporte de agua regenerada para garantizar las reservas de agua del área metropolitana.
El PECIA marca el camino
"El déficit previsto en 2050 son 130 hectómetros cúbicos, pero teniendo en cuenta la evolución de la reutilización de agua desde 2019, éste se quedaría en 43hm3. A través del PECIA, el ente metropolitano pretende obtener esos 43.000 millones de litros de agua (43 hm³) que necesitará la ciudad de aquí a dos décadas", explica Maria Indurain, ingeniera del Cicle Integral de l’Aigua de l’AMB.
“Muchas de las medidas del PECIA están dirigidas a reducir el consumo de agua potable y conseguir más recursos, como sería la reutilización del agua regenerada”, añade la especialista de la AMB.
El ciclo del agua
El proceso que permite la reutilización del agua se inicia a partir de un tratamiento especial que se lleva a cabo en las depuradoras --donde se regenera--, y retornarla en las mejores condiciones a los ríos para, de nuevo, reemprender el ciclo. Se trata, en definitiva, de aplicar los principios de la economía circular a los recursos hídricos.
El ciclo del agua comienza desde su captación y potabilización, su posterior distribución para el consumo, tras el que se somete a la depuración de las aguas residuales para que sean retornadas al medio natural, o para que sean regeneradas y reutilizadas para usos de agua no potable.
Múltiples usos
Una vez consumida, el agua se deriva a las cloacas y, a través de colectores, llega hasta las depuradoras. Una vez el agua sale de la depuradora, en la estación de regeneración (ERA) se le aplica este tratamiento extra que la hace adecuada para estos usos. “Este agua se somete a procedimiento para que no genere impacto ambiental y mejore su calidad para que sea apta para nuevos usos. Nunca de boca, porque la ley no permite potabilizar agua regenerada”, aclara Fernando Cabello, director de Serveis del Cicle Integral de l’Aigua de l’AMB.
Este agua se destinaría principalmente al regadío y al riego de parques y jardines o al baldeo de calles, entre otras utilidades. De esta forma, se reduce de forma notable el consumo de agua de máxima calidad, “un recurso que hay que preservar”, reitera Cabello. “El agua regenerada se dedica a unos usos donde no es imprescindible una calidad de agua potable”, añade.
El AMB busca soluciones
El PECIA prevé que en 2050 existirá un déficit hídrico de agua potable en la metrópolis de aproximadamente 130 hm³/año si no aplica la reutilización, y por este motivo establece varias líneas de trabajo basadas en el agua regenerada.
Estas acciones posibilitarán prolongar las reservas de agua el mayor tiempo posible. La aportación de agua regenerada a la altura de Molins de Rei como recurso prepotable es de 600 litros por segundo y se irá incrementando gradualmente.
Principales medidas
En este contexto, se han establecido una serie de medidas, como la inyección de agua regenerada de máxima calidad en el acuífero del delta del Llobregat, donde el agua salada que entraba desde el mar estaba ganando terreno al agua dulce, para frenar la intrusión salina y la aportación al tramo final del río (a nivel de superficie) para mantener el caudal ecológico. Para este último uso se destinaron 45 hm³ en 2022.
Otra solución es aportar agua regenerada a los regantes del canal del margen derecho del río Llobregat como establece el plan especial de actuación en situación de alerta y eventual sequía de la ACA. Dicho plan fija también la necesidad de reducir los consumos municipales de agua potable.
Para compensar las restricciones y paliar los efectos que pueda tener este ahorro en el consumo, se ha habilitado un hidrante en la ERA del Prat para que, mediante carga con cisternas, los ayuntamientos metropolitanos puedan realizar las tareas urbanas, como el riego de zonas verdes, baldeo de calles y limpieza de alcantarillado, entre otras.
Un plan para definir las líneas estratégicas
Actualmente, todavía es esencialmente la red de agua potable la que garantiza el suministro del servicio, puesto que es la red más extensa, abarca más terreno, su nivel de calidad se adapta a cualquier uso y, además, ofrece mayor garantía de suministro.
Utilizar agua potable para usos que no requieran una calidad tan alta supone un derroche energético y de recursos que el AMB trata de evitar. Para ello, recientemente se han puesto en marcha una serie de proyectos que contribuirán a reducir la sobreutilización del agua potable. Las líneas estratégicas están fijadas en el Plan Director Sectorial de Aigües Regeneradas que actualmente está en fase de redacción.
Este programa estudia los consumos potenciales, evalúa las condiciones de calidad y de infraestructuras (inversión, producción, transporte y distribución) y analiza las necesidades futuras para definir las actuaciones necesarias para poder garantizar este suministro. Incluso se plantea la posibilidad de obtener agua regenerada fuera del área metropolitana para dar la máxima cobertura posible.
Eloi Badia, vicepresidente de Ecología del AMB, ha señalado al respecto que "con las medidas actuales y las futuras, minimizaremos la posibilidad de que el territorio metropolitano vuelva a sufrir sequías".
Los proyectos
Algunos proyectos de regeneración que se están planificando se basan en aprovechar recursos fuera del territorio metropolitano. Es el caso de la captación del agua regenerada de la EDAR-ERA Riu Sec de Sabadell, que actualmente se aboca al río por encima del volumen requerido por el caudal de mantenimiento, y que se suministrará a los núcleos de Sant Cugat del Vallès, Cerdanyola del Vallès y también en la Universidad Autónoma.
Otro de los proyectos es aportar agua regenerada al barrio de la Marina del Prat Vermell y a las industrias del polígono de la Zona Franca de Barcelona. El agua será utilizada para limpieza, riego y baldeo de espacios públicos, y en procesos industriales no ligados directamente con el consumo humano. El proyecto constructivo de esta actuación ya está encargado, con una duración prevista de redacción de unos 20 meses.
Otro proyecto marcado en la agenda es la rehabilitación del tratamiento terciario de la EDAR de Sant Feliu, que trata de manera integrada las aguas residuales procedentes de los municipios más próximos.
Suministro al aeropuerto
Próximamente, está prevista también la conexión de la cañería del tratamiento básico de la estación de regeneración de aguas residuales (ERA) del Prat con la red de AENA, destinada a la descarga de aparatos sanitarios y para riego del Aeropuerto de Barcelona, que en una primera fase se implantaría en la Terminal T2.
Esta nueva infraestructura permitirá sustituir el agua procedente del acuífero del Delta de Llobregat por agua regenerada que se empleará en descarga de fluxores y el riego de zonas verdes.
Responsabilidad ciudadana
En 2050, se prevé que la producción de agua regenerada en la metrópolis supere los 130 hectómetros cúbicos, y el vicepresidente del Área de Ecología del AMB, Eloi Badia, ha detallado que el agua regenerada asegurará "suficiente recurso de agua potable para hacer frente a futuras sequías".
Sin embargo, ha pedido a la ciudadanía que se conciencie de “seguir siendo responsables y tratar el agua, especialmente la potable, como el recurso valioso y esencial que es”.