La muerte súbita se diagnostica como la aparición repentina e inesperada de una parada cardiaca en una persona aparentemente sana. Se asocia al deporte cuando se produce durante una actividad física o en la hora posterior a ella.

Esta afección la sufren especialmente deportistas no profesionales, mayoritariamente hombres, porque no están sujetos a controles médicos exhaustivos. Concretamente, tienen más posibilidades de sufrir una muerte súbita aquellos que practican ciclismo y running cuando ya rondan la cuarentena y los menores de 35 que juegan al fútbol. Evidentemente, su alto índice de riesgo no se debe a que sean peligrosos para la salud sino a que son los que más se practican.

El deporte es beneficioso pero… con precaución

Pese a ello, la práctica deportiva tiene beneficios indiscutibles siempre y cuando se adapte el tipo de deporte y la intensidad a la condición física y bienestar de cada persona, especialmente en lo referente a la salud cardiovascular.

Los deportistas acostumbran a ser individuos sanos que no siguen un adecuado control de su salud cardiovascular a pesar de que en ocasiones se someten a esfuerzos físicos extremos sin haber comprobado antes si su corazón está preparado para soportarlos. Lamentablemente, la población no es consciente de que existen cardiopatías de curso asintomático que al ser expuestas a un sobreesfuerzo extenuante pueden derivar en complicaciones fatales.

Las causas

El ejercicio físico realizado con medida no perjudica a la salud, pero puede poner de manifiesto enfermedades cardíacas ya existentes que hasta entonces se habían mantenido asintomáticas, alerta el doctor Pérez Rodón del servicio de cardiología del Hospital Universitari Sagrat Cor.

Los deportistas de mayor edad presentan una mayor incidencia de muerte súbita cardíaca, y en este subgrupo los principales factores de riesgo son la edad y la intensidad del ejercicio realizado. En los deportistas jóvenes las principales causas son los trastornos aritmogénicos hereditarios (miocardiopatías y canalopatías), y la enfermedad coronaria (congénita y adquirida).

La prevención es esencial

Se ha comprobado que los reconocimientos preventivos son eficaces en la prevención de la muerte súbita de origen cardíaco. La gran mayoría de enfermedades cardíacas silentes que pueden generar complicaciones durante la actividad deportiva pueden ser diagnosticadas mediante una revisión cardiológica preventiva relativamente sencilla y no invasiva.

Procedimiento de un test cardiológico para deportistas

  1. Confección de la historia clínica del paciente y examen físico cardiovascular.
  2. Electrocardiograma basal de 12 derivaciones
  3. Ecocardiograma-Doppler para descartar la presencia de alguna cardiopatía estructural de riesgo
  4. Prueba de esfuerzo máximo en cinta rodante por descartar la presencia de patología isquémica cardíaca, arritmias cardiacas inducidas por el ejercicio y por conocer la condición física del individuo

Comunicación de los resultados del reconocimiento, aportando consejo médico sobre la práctica deportiva y sobre la conducta a seguir en función de los hallazgos observados. Si fuera necesario, se podría recomendar realizar algún examen adicional en función de los hallazgos observados (espirometría, análisis de laboratorio, TC coronario, resonancia magnética cardíaca...).