El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) dará un impulso a una nueva política forestal en su objetivo de mejorar la infraestructura verde metropolitana e impulsar la conservación activa de los espacios naturales.
La entidad pública invertirá 400.000 euros anuales entre 2023 y 2024 para realizar labores de mantenimiento en los bosques antes de que llegue la época de máximo riesgo de incendios. Isidre Sierra, vicepresidente de Espais Forestals i Agrícoles de la AMB, ha señalado que “este plan ha venido para quedarse” porque tendrá continuidad en los próximos años.
Un primer paso
Según ha destacado el vicepresidente de políticas forestales del AMB, Isidre Sierra, es “el primer paso” para gestionar de forma eficiente los bosques periurbanos. El objetivo es que “los municipios metropolitanos puedan gestionar sus bosques, de forma que puedan extraerle valor añadido y reducir el riesgo de incendios”.
El plan se dirige a los municipios metropolitanos con mayor superficie forestal, con excepción de la ciudad de Barcelona y el ámbito de Collserola, que cuentan con un tratamiento específico y un presupuesto propio.
Amplia superficie de masa forestal
Cataluña tiene una superficie forestal superior a la media europea. La infraestructura verde metropolitana ocupa el 52% del territorio, del que el 27% corresponde a bosques. La mayor parte de esta masa forestal se encuentra en los macizos montañosos del litoral y prelitoral, concretamente Collserola, Serra de Marina, montañas del Baix Llobregat, macizo del Garraf y el Ordal. Además, los parques metropolitanos cuentan con más de 30.000 árboles, que son los auténticos conectores verdes entre los espacios naturales y el tejido urbano.
Una gran infraestructura verde que en los últimos años se había dejado de lado. La gestión forestal tanto de los bosques públicos como privados es la gran asignatura pendiente. Por un lado, hay bosques abandonados que conllevan un alto riesgo de incendio y se acusa una importante infrautilización de la madera.
Nuevos usos
Este plan consiste en establecer una nueva estrategia del uso de la madera y en crear un nuevo diseño de espacio público que tenga en cuenta los recursos naturales o la construcción de calderas de biomasa que utilicen madera de proximidad. “La idea es aumentar la resiliencia de los bosques y, para poder hacerlo necesitamos valorizar los productos de su gestión”, recalca Farrero.
“El área metropolitana mirará hacia sus bosques para poder trabajar en la lucha contra el cambio climático”, ha resumido Sierra, que también es alcalde de Sant Climent de Llobregat.
Mejorar la gestión forestal
La amenaza de la emergencia climática y la magnitud de la masa forestal del área metropolitana hacen necesario abordar la lucha contra los incendios de forma coordinada. Los objetivos de esta nueva estrategia es una gestión activa del territorio que fomente el mosaico agroforestal, mejorar la salud de los bosques periurbanos, dar nuevos usos a la madera que permitan construir edificios más sostenibles y así reducir la huella ecológica, evitar emisiones de carbono y fomentar la economía verde y circular.
Así lo explica Antoni Farrero, coordinador general de la Oficina Técnica de Gerencia de la AMB: “El AMB está comprometida con la sostenibilidad y con el cumplimiento de los ODS de la ONU. Nuestro objetivo es reducir la huella de CO2 y para ello hemos establecido una serie de estrategias para el uso de la madera en la construcción de edificios y equipamientos dentro de los espacios públicos”.
Colaboración de la industria
El AMB está buscando socios del ámbito de la construcción industrializada y de la transformación de madera para abordar una gestión público-privada. “Queremos optar a los fondos europeos Next Generation y para ello necesitamos forjar una alianza”, añade.
Este proceso de transformación de la madera requiere de empresas en virutas o astillas y de un ecosistema que ofrezca nuevas soluciones que revaloricen la madera, de modo que su industrialización se asiente como un pilar económico del área metropolitana. Todo ello supondrá una reducción del 30% de las emisiones de CO2 con respecto a la construcción en hormigón.
Beneficios de la madera
La edificación con estructura de madera consiste en un sistema constructivo prefabricado que supone un mayor control de la obra y una optimización del tiempo de ejecución. Además, la incorporación de materiales reciclados y reciclables comporta una reducción de la huella de carbono durante las obras de ejecución.
Entre otras utilidades adicionales, la madera almacena CO2, emite una mayor regulación térmica por su alta capacidad de reflejar la radiación solar y no acumula tanto calor como un edificio de hormigón. En definitiva, estos edificios reducen la huella ecológica y minimizan las emisiones de dióxido de carbono.
Construcción de equipamientos con madera
Dentro de esta estrategia, el AMB está construyendo los primeros equipamientos públicos con estructura de madera en la metrópolis de Barcelona, siguiendo la estela dejada por el edificio PISA de Cornellà de Llobregat, una promoción de vivienda con protección oficial que ha ganado diferentes premios de arquitectura. Estas nuevas edificaciones son el Arxiu Municipal de Ripollet, la guardería El Petit Mamut de Sant Vicenç dels Horts y la ampliación del instituto de Tiana, que está prácticamente finalizado.
La mayoría de la madera empleada proviene de bosques españoles y de este modo el AMB “favorece el mercado nacional y a la vez minimiza la huella de carbono en el proceso de transporte”.
El proyecto PISA de Cornellà
La promoción de vivienda de protección oficial PISA de Cornellá de Llobregat consta de 85 viviendas, de las que 67 son de tres dormitorios y 18 de dos habitaciones. La planta baja se ha destinado a un equipamiento de mil metros cuadrados repartidos en dos plantas y un local comercial de 557 metros cuadrados.
Para la construcción de este emblemático edificio, y los otros tres que están en proyecto, se ha usado una técnica de contralaminado (paneles de madera de pequeñas dimensiones). “Las viviendas están pensadas para familias de actividad compartida y tiene en cuenta cuestiones como la igualdad de género”, explica Antoni Farrero.
La metrópolis de Barcelona, ciudad europea del bosque
La administración pública está apostando, en definitiva, por una gestión integral del ciclo de la madera con el objetivo de mejorar la gestión de los bosques, reactivar la economía del sector, impulsar la construcción de edificios sostenibles y el aprovechamiento de la madera de los árboles.
Esta acción coincide con el reconocimiento europeo de la metrópolis de Barcelona como Ciudad Europea del Bosque 2022, un certamen del European Forest Institute (EFI) que avala la gestión metropolitana de los espacios naturales. Como ha explicado Sierra, supone el reconocimiento “a todo el trabajo que se está realizando desde el ámbito metropolitano para gestionar los bosques, los parques metropolitanos y toda la flora y fauna periurbana”.
Actuaciones principales
Las actuaciones que cubre el programa están relacionadas con el arreglo de caminos forestales, la colocación de rampas para la salida de fauna, la creación o mejora de franjas de protección e incluso con los depósitos de agua de capacidad reducida.
Los beneficios que comporta son diversos: desde la prevención de incendios hasta una gestión más sostenible y eficiente de los bosques -también en el aspecto económico- así como la posibilidad de ayudar a los propietarios -públicos y privados- a gestionar mejor los terrenos.
Isidre Sierra, vicepresidente de espacios forestales y agrícolas de la AMB, también ha destacado que uno de los objetivos del plan es favorecer la economía circular y hacer más sostenible el comercio de madera para la construcción. En este sentido, ha señalado que la madera que se obtenga de la gestión forestal de los bosques metropolitanos se destinará tanto al sector de la construcción como a la biomasa, lo que también permitirá conseguir un ahorro energético.
Instalaciones de biomasa
Como parte del plan, la AMB ha puesto en funcionamiento cinco calderas de biomasa con el objetivo de potenciar la gestión forestal de las montañas del Baix Llobregat, impulsar energías renovables en un proceso de economía circular y optimizar los recursos económicos de las arcas públicas. Su uso permitirá ahorrar casi 400 toneladas de emisiones de carbono cada año.
Estas calderas se han instalado en edificios públicos de los municipios de Pallejà, Corbera, Sant Boi, Torrelles y Sant Climent. Concretamente, en escuelas, en una de la policía municipal y complejos polideportivos.
Estos aparatos constituyen una red de calor que suministra energía para tener agua caliente y para las calefacciones y su adquisición ha comportado una inversión de 1.336.500 millones de euros.
Agroforadapt: un proyecto innovador
La AMB dedica también gran parte de su esfuerzo a la investigación y a la innovación, que le permitan encontrar nuevos usos, nuevas técnicas de gestión y nuevas áreas donde experimentar. Otra de las actuaciones de la AMB es su implicación en el proyecto Agroforadapt, que pretende promover sistemas agroforestales para la adaptación al cambio climático de los sectores agrarios y forestales de las zonas mediterráneas.
Se llevarán a cabo actuaciones forestales (reducción y densidad del bosque) y pasto extensivo mediante una cooperativa de la zona que tiene cabras y asnos. En las dos parcelas habrá pequeñas zonas de control para hacer seguimiento y monitorización (que lo llevará a cabo el CTFC).
Concretamente, la AMB actuará en la Finca de Can Colomer, entre Sant Climent de Llobregat y Gavà, que en sus 162 hectáreas dispone sobre todo de superficie forestal (90%) y una pequeña porción (10%) dedicada al cultivo.