Este miércoles, 5 de octubre, y auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los colegios europeos celebran el Walk to School Day (Día Internacional de Ir Caminando al Colegio). Desde 1997, esta fecha tiene la finalidad de concienciar sobre los beneficios de ir andando a los centros escolares en lugar de hacerlo en coche o en transporte público, aunque se trate de distancias cortas.
El propósito de esta iniciativa de ir a pie al colegio es promover la salud, trazar rutas más seguras y mejorar la calidad del aire, a la vez que recuerda que el coche provoca contaminación, atascos, estrés y ansiedad y provoca un bajo nivel de actividad que puede derivar en obesidad infantil y otras enfermedades.
Garantizar un camino seguro
La educación de calidad es el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Y esto pasa por garantizar que los escolares tengan un camino seguro para ir al colegio. Algo que no siempre se consigue en los países con menos ingresos, donde, a menudo, las infraestructuras viarias son deficientes porque la calzada está en mal estado, la señalización y la iluminación resultan ser insuficientes, no hay aceras o arcenes por donde caminar o no hay pasos de peatones que permitan cruzar sin peligro.
“La seguridad vial de los niños tiene que ser una de las principales prioridades de los responsables políticos, las comunidades, los demás usuarios de la vía pública, las familias y los propios niños”, asegura el profesor e investigador de la prestigiosa universidad London School of Economics and Political Science Alexander Grous en un informe publicado bajo el título “El impacto de los accidentes de tráfico con víctimas infantiles”.
Siniestralidad infantil elevada
Lamentablemente, el trayecto de casa al colegio (y viceversa) se ha convertido en la actualidad en un peligro latente para los niños y niñas de todo el mundo dados los altos índices de siniestralidad infantil que se da en muchos países, especialmente en aquellos con peor renta per cápita (un 90% según UNICEF).
Cerca de diez millones de niños resultan heridos o con discapacidad en accidentes de tráfico cada año en todo el mundo y, de ellos, más de 3.000 mueren cada día en las carreteras en el camino de ida o vuelta al colegio, según la Child Health Initiative (organismo dependiente de UNICEF). Afortunadamente, en España las muertes y lesiones por accidentes de tráfico se han reducido en un 92% en los últimos años.
‘Rights of Way’, un acuerdo a tres bandas
La compañía de infraestructuras española Abertis, cuya Fundación forma parte del Grupo de Colaboración de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, considera una prioridad reducir el peligro en las carreteras y trabaja con el propósito de reducir las cifras de siniestralidad.
Para ello ha unido fuerzas con Unicef y con el Institut Guttmann en Rights of Way, una iniciativa encaminada a conseguir que el trayecto de todos los niños a la escuela sea más seguro. El proyecto surgió en 2017 y hasta el momento se ha llevado a cabo en 65 escuelas en zonas de alto riesgo, contribuyendo a mejorar la seguridad de cerca de 267.000 niños
Una alianza y un compromiso
Este compromiso, el mayor acuerdo vigente en materia de seguridad vial centrado en niños, tiene como objetivo garantizar un camino seguro al colegio para los escolares que viven en zonas con riesgo de exclusión de países con recursos medios o bajos. La primera fase se ha desarrollado en Jamaica, Filipinas y Brasil (especialmente en áreas de alta vulnerabilidad de São Paulo y Rio de Janeiro).
Hace solo unos meses Abertis y UNICEF renovaron, por cuatro años más, su alianza centrada en potenciar una movilidad sostenible y segura entre la infancia y los jóvenes. Ahora, en esta segunda fase del proyecto, se impulsarán acciones en Brasil, India y México.
El papel de Unicef y el Institut Guttmann
El cometido de UNICEF en este acuerdo consiste en proporcionar rutas seguras a la escuela, mediante la creación de zonas de velocidad limitada, infraestructuras seguras, concienciación y educación, además de insistir en que esos países cambien su legislación en materia vial.
Por su parte, el Institut Guttmann aporta equipos médicos especializados en el tratamiento de lesiones de origen neurológico (lesión medular y daño cerebral adquirido) que se han desplazado a diversos países, como Filipinas y Jamaica, para llevar a cabo sesiones de formación y asesoramiento a los médicos locales sobre las mejores prácticas aplicadas para la prevención y el tratamiento de lesiones derivadas de accidentes de tráfico.
Mejorar servicios en zonas vulnerables
Este proyecto en zonas que son muy vulnerables ha servido para constatar que los servicios viarios son anticuados y están mal conservados, las pocas señales de tráfico existentes no reúnen las condiciones de operabilidad necesarias donde cada vez circulan más vehículos a motor y cada vez son más rápidos, el sistema de transporte público es ineficiente, y los peatones no tienen ninguna facilidad para desplazarse.
El programa trabaja en crear los equipamientos mínimos necesarios para garantizar un camino seguro a escuelas de zonas humildes y se han mejorado las infraestructuras existentes en más de un centenar de centros mediante la instalación de bandas sonoras, el pintado de pasos de peatones en el entorno de los colegios y la instalación de señales de reducción de velocidad.
A su vez, se han desarrollado programas de formación y sensibilización con estudiantes y docentes para incidir en la conducta vial de todos los ciudadanos. Unicef, además, insiste en la necesidad de mejorar la legislación en materia de seguridad vial en estos países.
Repercusión social
El impacto social y económico de las lesiones por accidentes de tráfico es especialmente importante, puesto que casi siempre conlleva una pérdida de ingresos, es un freno en la progresión profesional y deriva en la pérdida de empleo de los miembros de la familia que pasan a ser los cuidadores primarios de niños con lesiones o con discapacidad.
Aunque en muchos países las tasas de accidentes de tráfico han disminuido progresivamente a lo largo de los años, existen oportunidades para seguir reduciéndolas mediante una infraestructura de carreteras nuevas o mejoradas, además de campañas educativas dirigidas a los niños y a la comunidad en general y la aplicación de sanciones.
Un elevado coste económico
Una investigación realizada en Estados Unidos recientemente ha revelado que los costes médicos y las pérdidas de productividad como resultado de todas las lesiones sufridas por niños menores de 14 años ascienden aproximadamente a 50.000 millones de dólares al año, según revela la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el ‘Informe Mundial sobre Prevención de Lesiones Infantiles’.
El mismo estudio recomienda, sin embargo, prudencia a la hora de atribuir mayores índices de mortalidad al aumento del parque de vehículos, como demuestran casos de países con menos coches pero con un alto número de fallecimientos. No parece que haya correlación entre las muertes y la densidad de vehículos, puesto que en lugares con alta densidad como Italia, España, Francia y Puerto Rico no tienen mayores índices de mortalidad que países con una baja densidad de vehículos, como India, Chile, Argentina o Brasil, que tienen los cuatro mayores índices de accidentes de tráfico.
La educación, factor clave
Algunos estudios destacan la importancia de mejorar las infraestructuras como factor determinante en la mejora global de la seguridad vial y conseguir calles más seguras, personas más seguras, vehículos más seguros y velocidades más seguras. Otros aspectos claves que pueden contribuir a fomentar la seguridad vial son la regulación y la educación.
Esta última debe ir enfocada a provocar un cambio de hábitos a través de campañas informativas o a través de programas sociales más amplios dirigidos a adultos y niños mediante charlas sobre seguridad vial en los colegios.
La ambición de Abertis
Ese es el reto de Rights of Way promovido por Abertis, grupo que gestiona 8.500 kilómetros de vías de alta capacidad y calidad en 15 países de Europa, América y Asia. La prioridad es la seguridad de conductores y peatones, especialmente de los niños y la compañía española invierte en tecnología e ingeniería inteligente para garantizarla en la medida de lo posible.
La ambición del grupo líder mundial en la gestión de autopistas de peaje e infraestructuras es alcanzar más pronto que tarde la cifra de cero víctimas mortales en vías de alta calidad 100% seguras.