Valencia cuenta con un patrimonio cultural e histórico tan desbordante que pasear por sus calles es entrar en contacto con siglos de historia. La capital del Turia es mucho más que las Fallas, la típica paella valenciana, las naranjas o la horchata, productos icónicos que la han hecho mundialmente famosa. Es un museo que combina con elegante naturalidad su rico legado histórico con la modernidad de las nuevas construcciones.
Esta ciudad, elegida por la revista Times como uno de los 50 mejores lugares del mundo, ha evolucionado bajo el influjo que varias civilizaciones han ejercido sobre ella durante 2.000 años. En cada rincón de sus calles, plazas, estaciones y mercados emergen desde antiquísimos castillos y torres medievales hasta una arquitectura modernista que encuentra su mejor expresión en la Estación del Norte, el Mercado Central o en el de Colón.
Un centro histórico de origen medieval
Pese a ser una urbe grande y moderna, Valencia invita a conocerla a pie por las calles empedradas de su casco antiguo, antiguo hogar de los romanos, visigodos y musulmanes. Todo está a tiro de piedra. La mayoría de los monumentos y edificios antiguos se agrupan en el centro histórico y museos como el de Bellas Artes, el de la cerámica o el Instituto Valenciano de Arte Moderno dan algunas pistas del pasado y del futuro de Valencia.
El centro de Valencia refleja su historia y conserva su trazado medieval, todo un laberinto de callejones. Es el punto donde se congrega la vida política de la ciudad, que alberga Las Cortes Valencianas, la sede del Consell y la Generalitat, además de otros edificios.
En este núcleo aún se conservan los restos de la muralla y las puertas que utilizaban los comerciantes y trabajadores para entrar y salir de la ciudad. Hoy en día, estos viejos barrios de artesanos perviven como entonces y son el corazón del comercio y el ocio de la Valencia moderna, con los mercados como ejes de la vida social.
Una ciudad por descubrir
Valencia está claveteada de otros puntos que merecen ser descubiertos, como la plaza de la Virgen, rodeada por la catedral de Santa María; la Basílica de los Desamparados; el Mercado Central, uno de las más animados de Europa; las torres de Serranos, que ofrecen una panorámica admirable de la ciudad; o el Pabellón de la Seda, una soberbia construcción de estilo gótico catalogada como Patrimonio de la Humanidad.
También hay espacio para el verde de parques y jardines, como el Botánico, el más antiguo de Europa creado en el siglo XVI, o los Jardines del Turia, auténtico pulmón de la ciudad.
Ciudad de las Artes y las Ciencias
Aunque es difícil competir con la popularidad de las playas de la Malvarrosa, Las Arenas, la Patacona o El Saler, el símbolo de la ciudad es sin duda la Ciudad de las Artes y la Ciencias. Se trata de un complejo diseñado por el arquitecto Santiago Calatrava que se extiende a lo largo de casi dos kilómetros en el antiguo cauce del Turia.
Este enorme complejo es una obra de arte en sí mismo. Su aspecto y diseño futurista lo convierte en uno de los lugares más fotografiados de Valencia. Es uno de los 12 Tesoros de España y recibe más de cuatro millones de visitantes cada año. Alberga un museo de ciencias, un planetario y un oceanográfico, entre otras muchas manifestaciones científicas y culturales.
Puente de Calatrava
Diseñado por el hijo más famoso de Valencia, Santiago Calatrava, es un puente muy moderno y de una estética muy actual que vale la pena ver de cerca. No se habrá completado la visita a la ciudad sin haberlo cruzado al menos una vez.
Está situado sobre el antiguo cauce del río Turia, y justo debajo se encuentra la parada de metro ‘Alameda’. Este puente es uno de los que comunica la zona norte de la ciudad con la sur.
Catedral de Valencia
De estilo gótico y construida sobre los restos de una mezquita musulmana, necesitó casi dos siglos para adquirir su actual aspecto. Hoy en día, la catedral alberga un Santo Cáliz ornamentado que algunos consideran el Santo Grial. El cáliz data del siglo I y ha sido utilizado por varios Papas a lo largo de los siglos.
Mercado Central
Aunque este sitio originalmente comenzó como un mercado al aire libre, la ciudad decidió trasladarlo al interior en el siglo XIX. Los funcionarios organizaron varios concursos de arquitectura para llegar a un nuevo diseño. El resultado fue un nuevo estilo modernista conocido como Art Nouveau valenciano, que ligeramente se parece a una catedral con sus cúpulas en el techo y una de mayores dimensiones en el centro. Todo el edificio está lleno de columnas de hierro, azulejos de cerámica brillante y delicadas vidrieras. Es uno de los mercados más grandes de Europa.
La Lonja de la seda
Este antiguo mercado de la seda y bolsa de productos básicos del siglo XV se construyó entre 1482 y 1533. Está ubicado en un edificio del gótico valenciano tardío con techos altos y un aspecto austero de castillo. La puerta principal da paso a un fresco patio lleno de naranjos y al Pabellón del Consulado del Mar, con sus techos decorados y una elaborada escalera de piedra.
El edificio dispone de tres cuerpos con diferentes usos, como son el Salón de Contratación, el Torreón Central y, finalmente, el Consulado del Mar. La imagen más conocida es la de la Sala de Contratación, un gran espacio poblado de columnas helicoidales que dividen la zona en tres naves.
Jardín del Túria
El Jardín del Túria es un largo tramo de parque que discurre por un antiguo cauce seco (el río fue desviado para evitar inundaciones en la ciudad). El gobierno quería construir una carretera en su lugar, pero los ciudadanos lucharon para ganar un espacio verde. Está salpicado de esculturas, campos deportivos, parques y músicos callejeros.
Las torres de Valencia
Además de la torre del Miguelete que corona la Catedral, hay dos torres que captan la atención. Estos dos imponentes cubos pentagonales son los últimos vestigios de la antigua muralla de la ciudad, que tenía 12 torres pero fue derribada en 1865. La torre gótica de Serrans o Torre de Serranos fue construida a finales del siglo XIV y es uno de los monumentos mejor conservados de Valencia. La otra torre es Quart Towers del siglo XV, que ha tenido varias utilidades a lo largo de los años, entre ellas una prisión para mujeres y una prisión militar.
La Albufera
A sólo 10 kilómetros de la ciudad, es naturaleza en estado puro. Esta hermosa laguna de agua dulce es la más grande de España. Ubicado a varios kilómetros, forma parte de un Parque Nacional de grandes parajes naturales plagados de rutas para senderistas. También es el hogar de más de 300 especies de aves, lo que lo convierte en un lugar perfecto para observar la vida silvestre.