Arquitectura centenaria, encantadores barrios, kilómetros de historia y toneladas de cultura confluyen en una ciudad dominada por una misteriosa atmósfera que todavía hoy conserva la huella de sus orígenes romanos. Esta joya histórica es uno de los destinos más visitados del planeta por ser la última etapa del Camino de Santiago.
Ya lo dice el prestigioso escritor e historiador compostelano Suso de Toro: “Santiago es literatura, es un mito, es leyenda y es historia”. Escritores de la talla de Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán, García Lorca, Cela, García Márquez, Valle Inclán, o Torrente Ballester han sabido reflejar en sus libros la belleza y el misticismo de esta ciudad, donde la tradición dice que están enterrados los restos del apóstol Santiago.
Recorrerla piedra a piedra, calle a calle
Santiago se debería visitar al menos una vez en la vida. Y más ahora que el verano se adentra en el mapa de España. El tiempo es cálido, soleado y la acostumbrada y pertinaz presencia de la lluvia se reduce casi a su mínima expresión. Y el hecho de que debido a la pandemia se haya prorrogado el Xacobeo es otro motivo más para coger un avión de Vueling y plantarse ante la mítica Plaza del Obradoiro.
Santiago de Compostela es una ciudad que ofrece grandes alicientes además de arte, cultura y herencia histórica. Una cocina con pedigrí y una vida nocturna joven son el mejor colofón a un recorrido curioso por sus intrincadas calles mientras su legado arquitectónico se ofrece presumido al visitante.
Casco Antiguo
El Casco Antiguo es uno de los núcleos urbanos más bellos del mundo y el auténtico dinamizador cultural, social y turístico de la región. Sus antiquísmos edificios románicos, góticos, barrocos, y hasta renacentistas, atraen a miles de peregrinos deseosos de llegar a la ciudad nacida en torno al Santo Sepulcro.
Santiago mantiene todavía la esencia de la original arquitectura gallega, con sus típicas galerías de madera y materiales tradicionales, como la piedra, la madera o el hierro. El Casco Viejo oculta entrañables rincones como la Plaza de Cervantes y callejuelas empedradas que transitan en torno a la Catedral.
La Catedral
Es una obra maestra de la arquitectura románica que conserva la capilla de la Corticela, la reliquia de San Juan y el Pórtico de la Gloria, una auténtica perla de la escultura medieval. Su fachada occidental es el auténtico símbolo de la ciudad, que custodia la plaza del Obradoiro. Salvo para los que se empeñan en llegar hasta Costa da Morte, en Finisterre, la Catedral es la meta final de los peregrinos del Camino de Santiago. Es el cóctel perfecto de tradición, diversión y buen ambiente.
Plaza del Obradoiro
Centro monumental de Santiago y punto desde donde parten todas las rutas que recorren la ciudad. Además de la Catedral, alberga otros edificios de gran importancia como el Hostal de los Reyes Católicos, el Colegio de San Xerome y el Palacio de Raxoi, sede del Ayuntamiento.
El botafumeiro
La Catedral cuenta con uno de los incensarios más grandes del mundo, utilizado en la misa del peregrino que se celebra casi todos los días al mediodía. Al final de la misa, los sacerdotes atan el incensario -botafumeiro- con cuerdas y lo elevan hasta el techo con incienso quemado. Estos quemadores tradicionales se balancean y llenar la catedral de olor a incienso.
Convento de San Francisco
Este convento albergó a monjes franciscanos en el siglo XVIII. Los monjes ahora se han mudado a un edificio más moderno y el antiguo convento sirve como hotel y restaurante, que ofrece un menú especial del Peregrino con platos típicos del convento o monasterio. La comida, combinada con la arquitectura y la decoración, convierte su visita en una experiencia inolvidable. Es recomendable visite la capilla y el museo de Tierra Santa.
Parque de la Alameda
Es el principal jardín urbano de Santiago y uno de los parques más antiguos de la ciudad. Desde sus miradores ofrece maravillosas vistas de la Catedral y del Casco Antiguo, desde el paseo de la Ferradura y está plagado de espacios verdes y hermosas esculturas. Es un buen lugar para buscar paz y tranquilidad lejos del ajetreado centro. Está repartido en tres zonas: el paseo de la Alameda, la carballeira de Santa Susana y el paseo de la Herradura. Es la imagen de postal perfecta de Santiago.
Al comienzo del Paseo de la Alameda, se encuentra uno de los monumentos más fotografiados de Santiago de Compostela, Las Marías. El parque es el más importante punto de referencia de los paseos y del ocio de los santiagueses.
Monasterio de San Martín Pinario
Originalmente, fue la ‘Hospedería’, un monasterio del siglo XVI fundado por los benedictinos. Este templo tiene una hermosa escalinata y su sillería de nogal realizada por Mateo de Prado está considerada como la más impresionante de Galicia. Fue construido originalmente en el siglo XII y luego reconstruido en el siglo XVI, principalmente en estilo barroco. Hoy es el hogar de un seminario, y quien accede a su interior se sumerge en la historia local.
Iglesia Monasterio de San Pelayo
La Iglesia y Monasterio de San Pelayo está a tiro de piedra de la Catedral. La iglesia contiene varios retablos barrocos y tiene anexo un pequeño Museo de Arte Sacro que merece la pena visitar. Todavía hay monjas viviendo en el monasterio que venden productos horneados, como el típico pastel de almendras de Santiago, desde una ventana giratoria.
Plaza de Cervantes
La pequeña Plaza de Cervantes es uno de los lugares más emblemáticos de Santiago, que data del siglo XII. Sigue siendo un punto de encuentro popular y un centro importante para la vida de la ciudad, rodeado de tiendas y restaurantes.
La gastronomía gallega
El marisco es el producto estelar en Santiago de Compostela, como en el resto del territorio gallego. El pulpo a feira, la empanada, la carne y la tradicional tarta santiaguera, elaborada con almendras, recogen la esencia culinaria de una ciudad en la que la cultura de las tapas está muy presente. Tan típicas como el vino D.O. Ribeiro, que se puede degustar en una de las típicas copas de piedra en las tabernas más tradicionales.
Los productos típicos gallegos son fáciles de encontrar en el Mercado de Abastos. El sabor de Galicia se guarda en este tradicional mercado interior y exterior. Los comerciantes venden todo tipo de artículos, como carnes, quesos, frutas, verduras y vinos, e incluso flores. Es uno de los lugares más interesantes de la ciudad. La estructura actual fue construida en 1941, pero el mercado lleva tres siglos en funcionamiento y se ha convertido en un referente gastronómico de la ciudad, repleto de productos de la más alta calidad en Santiago.