La construcción atraviesa momentos complicados en España. La pandemia ha golpeado con dureza al sector, que encara el 2022 dispuesto a sobreponerse y a recuperar el nivel anterior a la crisis del Covid-19. El modelo actual está obsoleto y la falta de mano de obra y su escasa profesionalización son condicionantes que dificultan su reactivación.
La situación exige un nuevo sistema donde se impongan conceptos como la innovación, la sostenibilidad y el respeto a los parámetros medioambientales actuales. La construcción industrializada emerge como una solución a estos problemas estructurales apoyándose en la digitalización y la automatización de los procesos de producción para favorecer la seguridad en el trabajo, la optimización de costes y la reducción de plazos.
El liderazgo del Grupo Avintia
En una clara apuesta por la modernización y transformación del sector, Grupo Avintia ha desarrollado ÁVIT-A, su sistema de construcción industrializada integral. Avintia Industrial lidera este proyecto que trata de cambiar la mentalidad del ramo y que se basa en el respeto al entorno y el uso eficiente de los materiales para reducir el impacto ambiental de los proyectos de construcción. Además, Grupo Avintia, junto a CEMEX Ventures, ha inaugurado recientemente Wallex, la primera fábrica de construcción industrializada integral de España, que supone la columna vertebral de ÁVIT-A.
Su presidente, Antonio Martín Jiménez, comparte con Crónica Global sus impresiones sobre el momento actual de este mundo, la nueva estrategia de la compañía como eje vertebrador que impulsará la transformación de la actividad inmobiliaria y, especialmente, sobre ÁVIT-A, su sistema integral de construcción industrializada.
Pregunta: ¿La construcción está en horas bajas?
Respuesta: Venimos de un pasado con importantes vaivenes, tanto en calidad como en mano de obra y ejecución y precios. Esto ha provocado un deterioro de un gremio en el que históricamente nadie quiere trabajar. Cada vez tenemos mano de obra más envejecida porque la gente joven no quiere trabajar. Por ello, hemos de ir hacia un sistema que dependa menos de ella y necesite menos cualificación
P: ¿ÁVIT-A es el futuro de la construcción?
R: ÁVIT-A es un sistema industrializado que principalmente ha cambiado el centímetro por el milímetro y que necesita mucha menos mano de obra, ya que todo es digital. El 75% o el 80% de la obra lleva algún tipo de pre-industrialización. Por eso es un sistema disruptivo, una plataforma digital que nadie se había planteado hasta ahora. No sólo creemos que es el futuro; la fábrica y las adjudicaciones que tenemos en marcha nos dicen que ya es una realidad.
P. ¿La industrialización mejora la calidad del proyecto final?
R: La clave es la digitalización, que por fin ha llegado a la construcción. Gracias a ella se depende cada vez menos de una mano de obra escasa y poco cualificada y que tiende a desaparecer. Es un proceso que es inteligente que se va desarrollando a la vez que va evolucionando y la calidad mejora porque el sistema se va retroalimentando. Ahora, todo lo hace el ordenador digitalmente y evita errores porque no es lo mismo medir en centímetros que medir en milímetros.
P: ¿Cambiará mucho la forma de construir?
R: Con ÁVIT-A, lo que hacemos es cambiar la paleta por el destornillador. Las obras se están convirtiendo en centros de ensamblaje, aunque, lógicamente, hay cosas que no se pueden hacer en fábrica y hay que realizarlas in situ en la obra. Eso sí, con este sistema se consigue parametrizar todo el proceso de tal forma que siempre tienes controlado el error. Hoy, como está estructurado este ámbito, no hay capacidad para hacerlo porque aún estamos en manos de encontrar un buen profesional. Y así no se puede hacer una industria. Es literalmente imposible.
P: Este modelo no tiene nada que ver con viviendas prefabricadas…
R: La industrialización históricamente está muy estigmatizada porque se asocia a producto prefabricado y éste, a su vez, se asocia a baja calidad. Por eso puede ser que la gente sea reacia todavía a vivir en una casa industrializada. Sin embargo, estamos hablando de un producto que sí es verde, sí disminuye la huella de carbono, sí maneja la economía circular y, además, aporta bienestar y salud. Va dirigido especialmente al alquiler y, concretamente, al alquiler asequible. Es un producto que tiene mejores parámetros, como una mayor rapidez de ejecución al ahorrar un 30-35% del tiempo y una mejor rentabilidad. Es un producto que de cara a las administraciones públicas tiene muy buena venta por su principio de sostenibilidad.
P: ¿Para qué tipo de proyectos es adecuado el sistema ÁVIT-A?
R: ÁVIT-A es idóneo para casi todo tipo de proyectos, sobre todo para aquellos que permitan pensarlos y diseñarlos con anticipación a la ejecución. Nace para cubrir una demanda de vivienda de alquiler, que ahora mismo es el producto más agradecido del mercado. Incluso lo estamos extrapolando a otros sectores. Por ejemplo, hemos abierto una nueva línea de residencias de ancianos. Vamos a hacer las primeras residencias ‘verdes’ y sostenibles del mercado, y también estamos desarrollándolo de cara a hoteles y residencias de estudiantes. El producto se puede vender desde cualquier planteamiento, y ahí incluimos los primeros centros deportivos verdes o la digitalización de puntos de salud.
P: Es un sistema que deja poco al azar…
R: Es cierto que este modelo pide que el proyecto esté definido previamente y no permite cambios. Todo está definido, está parametrizado, tiene un orden de fabricación, de diseño y de ejecución, al igual que una cadena de montaje de automóviles. Aún así, son unos parámetros de diseño muy flexibles gracias a la digitalización, puesto que que el que acaba diseñando el proyecto es un ordenador.
P: ¿Hacia dónde se dirige la industrialización del sector?
R: El sector, ahora mismo, se mueve por debajo de los dos dígitos en la referente a la industrialización. En otros países, sobre todo del centro y del norte de Europa, lo hace entre el 30% y el 40% con respecto a la construcción tradicional. España es un país de una cultura constructiva muy arraigada y cuesta cambiar esa mentalidad. El sector, como está concebido ahora mismo, no aguanta. No podemos estar en toboganes de subida y baja de precios y de calidad porque el comprador, el usuario final de una vivienda, de un hotel o de una residencia cada vez exige más. Creo que si provocamos este cambio, se avanzará rápidamente.
P: ¿Cuáles son los objetivos a corto y medio plazo del Grupo Avintia de la producción industrializada respecto a la construcción tradicional?
R: Necesitamos proyectos disruptivos como el de ÁVIT-A. Avintia Industrial quiere ser la locomotora que encabece este cambio. Nosotros podemos aportar nuestro granito de arena para que todo cambie. Cuando el sector va bien nadie intenta cambiarlo lo hace porque no se necesita y cuando va mal nadie tiene capacidad para hacerlo. Es una espiral diabólica que no funciona. Tenemos la idea de que en 2025 ó 2026 el 50% de la cartera del grupo corresponda a la industrialización.
P: ¿Qué futuras promociones tienen ya en cartera?
R: La Comunidad de Madrid ya nos ha adjudicado 1.760 viviendas del Plan Vive que comenzaremos a construir con Culmia en el primer o segundo trimestre de 2022. También tenemos diferentes proyectos en carga de vivienda asequible con concesiones de diferentes ayuntamientos, dos residencias y dos o tres hoteles para una cadena hotelera de diferentes zonas geográficas. Todos estos proyectos nos permitirán pronto tener la fabrica trabajando en tres turnos.
P: Recientemente, Grupo Avintia ha inaugurado Wallex, la primera fábrica de construcción industrializada integral en España de la mano de CEMEX Ventures. ¿Qué supone este hito para el sector de la construcción?
R: A medio plazo van a hacer falta más modelos como éste, en el que se produzca la integración de un hub de partners. Con muchísimas multinacionales apostando por la digitalización, la sostenibilidad y la innovación, el producto se desarrollará más rápidamente. De ese modo, el sector irá avanzando porque constructores y promotores se darán cuenta de que éste es un proyecto disruptivo, necesario y de futuro.
P. ¿Tienen previsto poner en marcha nuevas fábricas?
R: Uno de los problemas que tiene este tipo de productos y, en general todo el segmento de industrialización, es la distancia desde la fábrica hasta el punto de ubicación de la obra. El objetivo es tener tres fabricas en España en los próximos años. Tenemos un plan para desarrollar tres plantas a nivel nacional, estratégicamente colocadas: una en la zona centro-norte, en la que está la de Aranda de Duero; otra en la centro-sur, desde la que suministraremos a Andalucía y Extremadura; y otra en el centro-oeste, que abarcará la zona del Levante hasta llegar a Barcelona. El foco estará en Madrid, que es donde tenemos una parte importante del negocio.
P: ¿En qué mercados se moverá el futuro de ÁVIT-A?
R: Internacionalmente, es un producto que viaja bien. Lo que hace falta es montar fábricas en zonas estratégicas relativamente cerca de donde se encuentre el punto de trabajo, a una distancia entre 300 y 500 kilómetros. Es algo que tenemos en mente ejecutar en Reino Unido o en países de África en vías de desarrollo que realmente pongan en valor el producto. Lo único que se necesita es el soporte, las empresas constructoras de esos países.
P: ¿Cuál es la visión de Grupo Avintia para el futuro del sector en nuestro país?
R: Ha habido un antes y un después de la pandemia. Ahora se está reactivando la venta de viviendas, pero el sector todavía tiene que resolver problemas como la inflación o la falta de mano de obra. España es un país que históricamente ha vivido del turismo, de la restauración, de la construcción y de la automoción, que son los grandes ejes industriales. Nuestro mundo necesita estabilidad y eso sólo se puede conseguir a través de modelos disruptivos que generen tranquilidad y garantía en precio, en calidad y en plazo. Tenemos por delante una ventana de dos o tres años de tranquilidad para poder desarrollar un plan estratégico en el que seremos pioneros.
P: ¿Es ÁVIT-A el modelo a seguir?
R: Hay grupos que desarrollan otros sistemas, con otros materiales como el acero o la madera. Y son bienvenidos. Necesitamos locomotoras que hagan que cambie el sector y su forma de pensar. Es un sector al que le cuesta muchísimo cambiar. Tenemos la misma forma de trabajar de hace cien años pese a que ya hemos llegado a la luna. Necesitamos este cambio si queremos que la construcción avance. Yo invito a todos los promotores a que se suban a este barco. Entiendo que es complicado, pero es una necesidad. Necesitamos un cambio y el momento es ahora.