El parón sin precedentes derivado de la crisis del Covid-19 ha tenido un impacto especialmente grave en el sector del turismo y la aviación. A pesar de los continuos esfuerzos de las aerolíneas, que han trabajado incansablemente por implementar todas las nuevas medidas requeridas por los gobiernos y organismos internacionales, las pérdidas económicas serán muy elevadas.
En concreto, según el primer análisis sobre el impacto del brote de coronavirus en la industria de aerolíneas -publicado por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA)-, la pérdida global se eleva a 29.300 millones de dólares. Esto representa un impacto del 4,7% a la demanda global y una caída del 0,6% en los RPK globales en 2020.
Un refuerzo a la seguridad
Desde el inicio de la pandemia, las compañías de IAG en España (Vueling y el Grupo Iberia) pusieron en marcha todas las medidas de prevención requeridas por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), junto con el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC): mascarillas, una mayor y más frecuente limpieza y desinfección de los aviones, equipos de protección, refuerzo de los flujos de información a clientes, entre otros.
En este contexto, los dos principales objetivos de las aerolíneas son, por un lado, proporcionar a sus clientes un viaje seguro en términos sanitarios. Y, por el otro, dotar a los usuarios de la mayor flexibilidad posible a la hora de viajar, permitiendo a sus clientes incluso cambios de fecha, de horarios, de rutas y hasta de pasajero.
Un gran esfuerzo en 2020
El 2020 ha sido un año para reconocer el trabajo de muchos profesionales, empezando por el del sector sanitario. Pero más allá de los profesionales médicos, también cabe destacar a quienes han trabajado para garantizar la continuidad de las operaciones aéreas, no solo con el objetivo de transportar turistas, sino también para garantizar que las repatriaciones fuesen posibles. Esto quiere decir que médicos y enfermeros han podido desplazarse de un lado al otro del país para atender a quienes más lo necesitaban, o que ningún órgano de trasplante quedase sin llegar a su destinatario.
En esencia, a quienes han trabajo por mantener la conectividad de todo un país cuando todo lo demás estaba parado. Este es un ejemplo de la destacable labor que ha realizado Vueling a lo largo de todo lo que lleva la pandemia, gracias a su gran equipo, así como a todos los trabajadores del sector turístico, que están realizando una enorme labor para sacar adelante un año tan complejo.
Más flexibilidad ante los imprevistos
Este gran esfuerzo se ha centrado principalmente entorno a dos objetivos: proporcionar a sus clientes un viaje seguro en términos sanitarios, donde se han aplicado rigurosamente las recomendaciones establecidas por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC). Y el segundo: mantener la confianza que el cliente ha depositado, tanto en aquellos casos en que las restricciones de movilidad han impedido operar los vuelos, como en aquellos en que, debido a la incertidumbre, muchas personas han preferido no viajar.
En este sentido, la compañía ha puesto en marcha diversas alternativas, todas con un mismo denominador común: la flexibilidad. Un concepto en el que la empresa ha trabajado desde el mes de marzo con la activación de su política FlexFly, que permite al cliente cambiar su vuelo a una nueva fecha, ruta e, incluso, cederlo a otro pasajero sin ningún coste adicional.
Digitalización de los procesos
Otro de los esfuerzos principales en los que se ha volcado la aerolínea ha sido en acelerar todo su proceso de transformación digital. Aunque su apuesta por la digitalización siempre ha formado parte de su identidad, las circunstancias del coronavirus han impulsado a la compañía a primar las gestiones que puedan ser realizadas de forma ágil y autónoma, y en este aspecto la digitalización de los procesos es un elemento esencial que permite convertir la experiencia del cliente un proceso más sencillo y con muy buena acogida.
Por ejemplo, con la automatización a través de su web es posible que el cliente pueda autogestionar su reembolso. Gracias a esta medida Vueling ha logrado reducir los tiempos y ofrecer soluciones con una mayor rapidez y efectividad.
Perspectivas para 2021
El año 2021 ha arrancado todavía con mucha incertidumbre, por lo que Vueling ha decidido primar la prudencia. No obstante, diversos sectores apuntan a que tras la salida de las nuevas vacunas, podría empezar a vislumbrarse un nuevo escenario en el que progresivamente el mundo pueda volver a viajar con cierta normalidad, siempre con las más estrictas medidas sanitarias. Un escenario para la que la aerolínea de Barcelona ya se está preparando.
El equipo Vueling está trabajando ya en la transformación de la compañía, en la adaptación de su estructura a las necesidades del presente y futuro. Para ello, la compañía trabaja en diferentes horizontes. El más cercano y el que aún requiere de toda la atención: continuar adaptando sus operativas y productos para garantizar a sus clientes y trabajadores un servicio seguro. El segundo será contribuir a recuperar un turismo seguro y sostenible, una vez las condiciones sanitarias lo permitan.
Medidas sanitarias en los vuelos
La seguridad sanitaria dentro de los aviones está avalada por distintos estudios que han demostrado que la garantía de la sanidad en un vuelo reside en cinco puntos principales:
1. Sistema de ventilación:
Los filtros de aire HEPA (High Efficiency Particulate Air) renuevan el aire cada tres minutos, purificándolo y mezclándolo con aire fresco del exterior. Evitan la propagación de bacterias y virus con una eficiencia del 99,99%.
2. Uso de mascarillas:
Las mascarillas reducen los riesgos de transmisión del Covid. Además, un estudio realizado por Airbus afirma que el distanciamiento físico necesario para mantener la protección se alcanza incluso con todos los asientos de un avión ocupados.
3. Desinfección de los aviones:
Los aviones se limpian a fondo cada día, con un tratamiento especial en superficies como reposabrazos, mesitas plegables, portaequipajes y aseos. Las cabinas se pulverizan con desinfectante viricida homologado por AESA.
4. Monitorización de pasajeros:
Vueling ha adaptado las rutas, frecuencias y procedimientos a los requerimientos que las autoridades de cada destino promueven en función de las medidas de prevención que adoptan periódicamente para minimizar la incidencia de la pandemia.
5. Educación y concienciación:
Las tripulaciones de Vueling se han formado adecuadamente en los nuevos protocolos de higiene recomendados por la AESA y por la OMS. Además, los pilotos y tripulantes de cabina utilizan mascarillas de protección homologadas y guantes desechables durante todo el vuelo, además de disponer de gel hidroalcohólico para su uso personal.
Estudios sobre contagio en aviones
Uno de estos estudios es el que han llevado a cabo investigadores de la Universidad de Harvard, que concluye que el riesgo de contagio de Covid en un avión es inferior al 0,1%; es decir, "casi inexistente”.
La investigación concluye que el riesgo de contraer el Covid en un vuelo es muy bajo, debido al enfoque por capas que han adoptado las compañías aéreas siguiendo las recomendaciones establecidas por la EASA a principios del mes de mayo. Esto se suma al que realizó el Departamento de Defensa de EEUU que cuantifica que el riesgo de contagiarse de coronavirus durante un vuelo es del 0,003%.