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Unilever lleva su lucha contra el cambio climático a los campos de Extremadura
La compañía encabeza el ránking de las empresas de alimentación y consumo que más acciones han puesto en marcha para reducir los impactos de la nueva realidad climática
11 diciembre, 2018 00:002018 ha sido el cuarto año más cálido de la historia desde que se tienen registros. El año pasado, el calor extremo --como consecuencia directa del cambio climático-- hizo perder hasta 153.000 millones de horas de trabajo en todo el mundo, según un estudio de investigadores del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA). Los datos son estremecedores: 157 millones más de personas vulnerables sufrieron una ola de calor en 2017 --en comparación al año 2000--, y 18 millones más que en 2016.
La nueva realidad climática está modificando la economía y la salud. Los científicos prevén que los resultados serán desastrosos. Expertos de las empresas más influyentes a nivel global han advertido que si la Tierra se sigue calentando, ocurrirán fenómenos meteorológicos extremos con mayor frecuencia. Esto se resume a tres consecuencias principales. Por un lado, aumentarán las inundaciones debido al derretimiento de los glaciares y el hielo marino. Se registrarán olas de calor y sequías en lagos y ríos. Las tierras utilizadas para la producción de comida ya no serán fértiles ni aptas para el cultivo.
Empresas empujan a los Gobiernos
En el marco de la Cumbre del Clima (COP24) a realizarse en Polonia este mes, 50 empresas de la Alianza de Primeros Ejecutivos por el Clima, premiaron --en una carta abierta-- a los gobiernos ‘más ambiciosos’, que ponen en marcha planes de acción para mitigar el cambio climático y conseguir los objetivos establecidos en el Acuerdo de París de 2015.
Estos ‘gigantes mundiales’ como Unilever, IKEA, Apple o Iberdrola, aplaudieron las iniciativas que suponen una reducción del 9% de CO2 entre 2015 y 2016: más de 47 millones de toneladas del gas que, desafortunadamente, se encuentra en su nivel más alto, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En este sentido, el frenar los daños que supone el cambio climático en los ecosistemas mundiales es un reto colectivo, que requiere inversión y acciones inmediatas tanto de gobiernos como de empresas.
Acciones empresariales
En los últimos años, distintas empresas han tomado acciones para luchar contra el calentamiento global. Una de ellas es Unilever, posicionada en el primer puesto entre las compañías de alimentación y consumo más influyentes en la protección del medioambiente y además, la tercera más comprometida con el cambio climático a nivel global, según lo indica el ránking de Influence Map.
Un agricultor en los campos de Unilever
Tras analizar el cumplimiento de políticas de clima declaradas públicamente de más de 100 empresas líderes, Influence Map detalló cómo Unilever ha invertido en mensajes publicitarios, debates y relaciones públicas para dar voz a la nueva realidad climática y buscar medidas para reducir los niveles de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero.
El compromiso de Unilever
Paul Polman, CEO de Unilever durante 10 años, ha sido un partidario notable de la necesidad de crear leyes que favorezcan a esta lucha. Además, se ha mostrado a favor de la eliminación gradual del carbono y el aumento de vehículos eléctricos. En este sentido, el año pasado, Unilever fue una de las empresas que firmó un tratado para acelerar la transición de energía limpia en Estados Unidos. Durante el liderazgo de Polman, la empresa también ha apoyado activamente las medidas legislativas para impulsar una transición energética en el Reino Unido y Canadá.
En 2017 Unilever apoyó una iniciativa que tenía como objetivo generar un 35% más de energía renovable. A su vez, la empresa ha puesto en marcha el Plan para una Vida Sostenible, que tiene tres objetivos principales: ayudar a más de mil millones de personas a tomar medidas para mejorar su salud y bienestar para 2020, generar oportunidades de trabajo para las mujeres que supongan una mejora en su calidad de vida y reducir a la mitad el impacto medioambiental de la fabricación y del uso de sus productos.
España y la agricultura sostenible
Aunque las oficinas centrales de Unilever están ubicadas entre Londres y Rotterdam, España ha sido el territorio por el que la empresa ha apostado en sus planes para cosechar éxitos y elaborar productos sostenibles con el medioambiente. La compañía angloholandesa tiene en Extremadura el primer campo de agricultura sostenible a gran escala de España, puesto en marcha en 2016 a través de su Catálogo de Buenas Prácticas en Agricultura Sostenible.
Con esta acción, la compañía ha logrado que el 95% de sus verduras provengan de fuentes sostenibles, entre ellas, los tomates y hortalizas utilizados en marcas como Knorr, que están presentes en las mesas de una decena de países europeos. Además, Unilever ha reducido en un 30% el consumo de agua, un 28% el uso de pesticidas y un 22% los gases de efecto invernadero en sus cultivos.
Una imagen de un campo de Unilever en Extremadura
Más allá de España
El modelo utilizado en los campos extremeños --que preserva los recursos naturales del planeta y permite acceder a más personas a una dieta con alimentos ricos en nutrientes-- ha servido para inspirar los cultivos de la compañía en regiones de Francia, Italia y Dinamarca. Además, el programa de Agricultura Sostenible apuesta por el capital humano, que además de dinamizar la economía, ha ayudado a los agricultores a profesionalizar los procesos con técnicas modernas.
El plan de sostenibilidad se ha integrado tanto en el corazón del negocio y productos de Unilever que la compañía se ha comprometido a que todos sus envases sean reciclables, reutilizables y compostables en 2025.
Retos y oportunidades
El cambio climático presenta tanto retos como oportunidades para el sector agrícola y alimentario. Según detalla José Luis Gallego, experto en medioambiente, “el gran reto que hay es el de alimentar a una población de 10.000 millones de seres humanos sin agotar los recursos del planeta, evitando el avance del calentamiento global y teniendo en cuenta que la agricultura genera un tercio de las emisiones globales de efecto invernadero”.