Inicia la tercera fase de la campaña "Stop Tovalloletes"
Aigües de Barcelona continúa el proyecto que tiene como objetivo concienciar sobre el uso indiscriminado de toallitas húmedas, un gesto inocente que genera gran impacto en la salud del planeta
19 noviembre, 2018 00:00El hábito de tirar toallitas húmedas en el inodoro como si se tratara de papel higiénico, es una mala idea. Así lo argumenta Aigües de Barcelona, que con motivo del Día Mundial del Saneamiento, este mes inicia la tercera fase de la campaña de concienciación “Stop Tovalloletes al vàter”.
Estas toallitas que están hechas con fibras muy resistentes -aunque en el envase diga que son biodegradables- se han convertido en un problema, que al juntarse con otro residuos como bastoncillos, colillas o preservativos, se vuelven una masa que provoca atascos en las alcantarillas y genera toneladas de basura, que no desaparecen del ecosistema con la misma rapidez que el papel.
“Al váter solo el papel higiénico”
El consumo de estas toallas ha ido en aumento en los últimos años. Ya no se usan solo para la higiene de los bebés sino también de adultos: desmaquillantes, desodorantes, para limpiar las gafas, el baño, pantallas o muebles. En este sentido, Aigües de Barcelona manifiesta que la solución no es dejar de usarlas sino racionalizar su consumo y tirarlas en una papelera una vez usadas. Tendemos a pensar que el inodoro “se traga todo”, pero lo cierto es que nada de lo que se tire en él desaparece del todo, sino que se junta con otros residuos hasta convertirse en un problema para la salud del planeta.
No son solo las toallitas húmedas las que causan estos atascos. Las averías son una consecuencia del mal uso del inodoro, que muchas veces se utiliza como si fuese un cubo de basura. Los tampones, bastoncillos para las orejas, pañales, aceite, preservativos --que están diseñados para no romperse--, colillas --que se quedan flotando y arrojando químicos--, lejía, pinturas disolventes, medicamentos, tiritas e hilo dental, son productos que deberían ir a la papelera del baño y no al váter.
Los residuos se unen a las toallitas y forman toneladas de basura
Por este motivo, la compañía propone a las personas poner una papelera junto al inodoro para que se cree el hábito de tirar cada cosa en su sitio. La compañía ha regalado más de 20.000 canastas de basura durante sus visitas a distintas comunidades.
Tercera fase de la campaña
“Stop Tovalloletes al vàter” comenzó en 2016 con acciones en restaurantes, escuelas, mercados municipales y campañas de sensibilización en cinco municipios del Baix Llobregat, cuyos residuos se tratan en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) Gavà-Viladecans: Sant Boi de Llobregat, Gavà, Sant Climent de Llobregat, Viladecans y Castelldefels.
La iniciativa mostró rápidamente su efecto positivo al reducir significativamente la acumulación de residuos en la EDAR Gavà-Viladecans. Se pasó de 265,22 toneladas de residuos de desbaste (procedentes del pretratamiento) en los primeros nueve meses de 2016 a 244 toneladas en los primeros nueve meses de 2017.
El año pasado, en la segunda fase de la campaña, se añadieron los municipios de Sant Adrià de Besòs, Santa Coloma de Gramenet y tres distritos de la ciudad de Barcelona: San Martín, San Andrés y Nuevo Barris. El objetivo, además de concienciar a la ciudadanía de que las toallitas no son biodegradables como el papel, era reducir el número de estos productos, que llegan a las depuradoras prácticamente intactos. Nuevamente, los resultados constataron el éxito de la campaña. Los residuos tratados en la depuradora del Besòs han disminuido un poco más del 37% desde enero de 2016. En 2016 se generaron un total de 2.331.230 toneladas, en 2017 se redujeron a 2.098 millones y de enero a octubre de 2018 se han generado 1.463.840 toneladas. Este otoño está previsto iniciar la tercera fase de la campaña, esta vez a los municipios que utilizan la depuradora de Montcada i Reixac para tratar sus aguas residuales.
Es recomendable poner una papelera al lado del inodoro para tirar las toallitas y otros residuos
Amenaza para la vida marina
Ignacio Batallé, jefe de planta de la EDAR Besòs expresó que "lo más importante es que la gente sea consciente de la gran cantidad de problemas que conlleva un gesto tan sencillo y habitual como es tirar las toallitas en el inodoro. Se trata de un problema nuevo que hace unos años no teníamos". Batallé destaca además las consecuencias ambientales: "En épocas de lluvias intensas, la red de saneamiento no tiene capacidad de tratar toda el agua y va a parar al mar con todo lo que lleva, lo que afecta negativamente el medioambiente y la pesca".
Estos productos contienen fibras sintéticas y sustancias como conservantes o hidratantes que una vez que pasan al agua residual, contribuyen a la contaminación de los ecosistemas con microplásticos. Según el Instituto Español de Oceanografía, uno de cada seis peces comestibles contiene microplásticos en el estómago. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) analiza a su vez, que el papel higiénico se desintegra en el agua casi por completo (95%), mientras que las toallitas húmedas sólo se deshacen un 36% al cabo de dos días en el agua, lo que degrada al medioambiente y pone en peligro los ecosistemas de mares y ríos.
¿Cuánto cuesta limpiar las tuberías?
Aunque es complicado medir el impacto económico que conlleva, EUREAU (la Asociación Europea de Empresas de Abastecimiento y Saneamiento que trabaja en 27 países europeos) estima que genera un gasto de entre 500 y 1.000 millones de euros al año en toda Europa. Por otro lado, según datos de AEAS (Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento), en España provoca pérdidas que se acercan a los 200 millones de euros anuales, lo que supone un aumento total de los costes de gestión del ciclo integral del agua de entre un 4% y un 6%. El porcentaje se eleva a un 18% en el caso de gastos de mantenimiento de las depuradoras.
En este sentido, ocho de cada diez servicios de limpieza de tuberías en Barcelona son por atascos provocados por estos productos, algo que cuesta a las comunidades vecinales mínimo 300 euros.
Día Mundial del Saneamiento
Desde 2013 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró la celebración del Día Mundial del Saneamiento, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de tener acceso al agua potable y a los servicios básicos de saneamiento. Este día se pone el foco a muchos problemas de alcance mundial como el no tener acceso al agua potable, la defecación al aire libre o el atasco de las tuberías y alcantarillas.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 1.800 habitantes del planeta beben agua no potable que podría estar contaminada por heces. En este sentido, un 80% de las aguas residuales generadas por la población mundial regresan al medio ambiente sin ser tratadas o reutilizadas. Para Aigües de Barcelona, la creación de programas para crear conciencia, no solo ayudaría a resolver el problema, sino que también supondría un considerable ahorro de agua a cada familia. Esto también contribuiría a mejorar el problema de atasco en el alcantarillado que se ha ido reduciendo gracias a la iniciativa de la compañía.