El mejor roscón de Reyes de supermercado, según la OCU: con sabor a azahar y relleno de nata, por menos de 9 euros

Este año, la Organización de Consumidores y Usuarios ha llevado a cabo un exhaustivo análisis de 13 roscones de supermercado, destacando los mejores en su reciente informe. Los criterios evaluados incluyen la valoración nutricional, la calidad de los ingredientes, la presencia de aditivos, el grado de procesado y la información del etiquetado, así como las calificaciones de degustación de un panel de expertos pasteleros.

Según la OCU, algunos roscones no alcanzan una valoración aceptable debido a la sustitución de la nata por mezclas de grasas vegetales de palma, coco o nabina, así como el excesivo uso de aditivos. Sin embargo, los destacados cumplen con los estándares de calidad tradicional de un buen roscón.

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Los mejores roscones de supermercado

Estos son los tres mejores roscones de supermercado, según la OCU:

Roscón relleno de nata 100% Carrefour Extra: 9,49 €/750g (12,65 €/kg). Calificación global: 63 puntos sobre 100. Bollo bien fermentado, con alveolado adecuado, buen tamaño, abundante azúcar en grano y textura jugosa. Buen olor a bollería, abundante presencia de nata de dulzor equilibrada, el bollo es sabroso, se aprecia la mantequilla y un sabor a azahar equilibrado.

Roscón de nata 100% El Obrador de El Corte Inglés: 17,75 €/850g (20,88 €/kg). Calificación global: 62 puntos sobre 100. Degustación: Bollo bien fermentado con azúcar perlado, textura típica y tierno. Buen olor a bollería. Nata de buen sabor, aromas equilibrados.

Roscón de Reyes nata 100% Lidl: 9,49 €/750g (12,65 €/kg). Calificación global: 60 puntos sobre 100. Degustación: bollo bien fermentado, de buen tamaño, con abundante azúcar perlado y de textura correcta. Buen olor a bollería, nata de dulzor equilibrada y agradable sabor, el bollo es sabroso, con un sabor a azahar subido.

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La tradición del Roscón

El roscón de Reyes se consume en torno al 6 de enero porque quedó asociado a la Epifanía, es decir, a la 'manifestación' de Jesús a los pueblos representados por los Magos. Esa conexión explica que se convierta en el dulce 'de cierre' de las fiestas navideñas en España: se comparte en familia (a menudo tras los regalos) como un gesto festivo que acompaña una fecha religiosa muy marcada en el calendario cristiano.

Ahora bien, su forma de corona y, sobre todo, el juego del premio escondido dentro remiten a una capa histórica anterior: distintas fuentes sitúan un antecedente en celebraciones romanas de invierno (las Saturnales), donde se introducía un haba en un bollo. Su hallazgo daba un 'reinado' simbólico o un papel especial por un día. Con el tiempo, esa lógica lúdica sobrevivió y se adaptó a la Epifanía: en Francia existe la tradición de la galette des rois con la fève (haba) y la corona; y en España se consolidó el roscón con la misma idea de sorteo y coronación doméstica.