Javier Bardem mantiene una relación artística muy estrecha con Barcelona y Cataluña desde que protagonizó Vicky Cristina Barcelona (2008), la película de Woody Allen, que se rodó en varios emblemáticos escenarios de la ciudad. En entrevistas ha explicado que interpretar el papel de pintor catalán supuso, para él, una forma intensa de conectar con el espíritu cultural y romántico del lugar, criticando estereotipos mientras capturaba su belleza auténtica. Gracias al éxito de ese proyecto, la vinculación de Bardem con Barcelona se consolidó, convirtiendo el film en un reclamo turístico y cultural.
Unos años después, Bardem volvió a acercarse a Cataluña al protagonizar Biutiful (2010), que transcurre en el municipio y le valió la Palma de Oro en Cannes. En esta obra, la atmósfera barcelonesa aparece envuelta en una narración intimista, que subraya la conexión personal y emocional del actor con el territorio catalán. Sus premios, reflexiones públicas y frecuentes menciones a estas experiencias demuestran que, más allá del cine, para Bardem, esta ciudad, representan un espacio creativo, vital y emocionalmente significativo.
El restaurante catalán favorito de Bardem
Javier Bardem es uno de los muchos rostros famosos que han pasado por el Restaurante Salamanca en La Barceloneta. Su visita fue muy destacada en las redes sociales del propio establecimiento, donde incluso compartieron un selfie frente al mar.
Aunque no existen detalles específicos sobre qué plato degustó, el entorno sugiere que, como muchos otros, probablemente se decantó por recetas clásicas de la casa: paella, marisco fresco y pescado de la lonja, elementos centrales en su carta. La consistencia de su éxito, incluso entre figuras como Bardem, subraya su reputación como lugar de referencia para los amantes de la cocina marinera en Barcelona.
A su trayectoria, se le añade clientes habituales de postín y con influencia en la ciudad. La marisquería madre ha acogido a Leo Messi, Pau Gasol, Vicente del Bosque o Juan Carlos 'La Bomba' Navarro, entre otros deportistas. Han parado aquí grandes del cine o celebrities mundiales de la música, como Shakira o Plácido Domingo.
El emblemático lugar de La Barceloneta
El restaurante nació en 1969, cuando Silvestre Sánchez adquirió un bar llamado 'Can Rosith' en La Barceloneta. Con el apoyo de su esposa Lorenza y su hermano Modesto, Silvestre reformó el local y cambió su nombre a 'Salamanca' como homenaje a su tierra natal. Lo que empezó como un pequeño bar y casa de comidas se transformó, rápidamente, en un establecimiento de gran tamaño, añadiendo salones y una amplia terraza frente al mar.
La gastronomía de Salamanca se centra en la cocina mediterránea y de mercado, con especial atención a plasmar la calidad del producto local y el saber hacer tradicional. Con el paso del tiempo, se convirtió en un lugar emblemático en la ciudad Condal, gracias tanto a sus paellas generosas y pescados y mariscos frescos comprados en la lonja cada día, como por sus exquisitas carnes y embutidos ibéricos traídos desde Salamanca.
El restaurante ha sobrevivido a las transformaciones de su barrio, especialmente tras los Juegos Olímpicos de 1992 y, en la actualidad, es un referente tanto para barceloneses como para visitantes; siendo también un punto habitual para celebraciones y encuentros con famosos gracias a su ambientación y ubicación privilegiada junto a la playa.