La cocina de Paco Pérez se sustenta en una filosofía clara: mimar la materia prima local, especialmente, la del mar y la montaña, y fusionarla con técnicas contemporáneas y toques internacionales. En su casa madre, Miramar, en el pueblo de Llançà, reivindica los sabores del Mediterráneo: la salinidad de los productos marinos se entrelaza con la frescura del huerto propio y con raíces andaluzas, generando platos emotivos y equilibrados.
Cada receta transmite sensibilidad, creatividad y una ejecución impecable, reflejando su pasión y la técnica adquirida a lo largo de una carrera jalonada por cinco estrellas Michelin.
En lugares como Enoteca (Barcelona) o Edge (Marbella), su cocina evoluciona hacia propuestas más audaces. Menús degustación que combinan tradición y vanguardia, con elaboraciones como ostras con gazpacho helado o arroz socarrat donde el alma del plato cobra protagonismo.
La recomendación de Paco Pérez
Un buen sitio para tomar el apertivo, según Paco Pérez es Can Pepitu en El Port de la Selva, Girona. Defienden la cultura del vermut y de las tapas del día: ensaladilla de pulpo, gambas del Cap de Creus a la plancha, butifarra del perol con mongetes o tortilla de camarones.
Su ambiente es informal, acogedor y frecuentado tanto por familias como por visitantes, que buscan tapas de calidad en un entorno relajado. La decoración interior incluye paredes de piedra y estanterías con botellas de vino, mientras que la terraza ofrece vistas a las barcas y al litoral; convirtiéndolo en un lugar ideal para una comida al aire libre.
Vistas desde Can Pepitu
El menú se centra en tapas mediterráneas clásicas con algunos giros originales: desde ensaladilla de pulpo, patatas bravas y anchoas de la Costa Brava con pan con tomate hasta croquetas de calamar, ortigas de mar y gazpacho. Las opiniones de los clientes destacan por su "excelente relación calidad‑precio, su servicio amable y eficiente y por la frescura de sus platos". Aunque algunos consideran que las raciones son algo pequeñas comparadas con el precio, la mayoría coincide en que el conjunto —comida, ubicación y trato— vale la pena.
En resumen, Can Pepitu es una experiencia gastronómica sencilla, pero muy auténtica en la Costa Brava: tapas bien elaboradas con productos locales, servicio cercano y un entorno privilegiado frente al mar. Recomiendan reservar mesa, sobre todo en temporada alta, para asegurarte un buen sitio con vistas al puerto.
Hacer el vermut: un clásico
El vermut se disfruta antes de comer porque es un auténtico aperitivo: abre el apetito, limpia el paladar y prepara el cuerpo para la comida principal. Su elaboración, basada en vino fortificado macerado con ajenjo y otras hierbas, tiene raíces que se remontan a la Grecia antigua y se consolidó en Turín, en el siglo XVIII con Antonio Benedetto Carpano. Este creó un vino aromático destinado a estimular la digestión antes de un gran banquete.
Además, su complejidad de sabores —notas herbáceas, dulces, cítricas y amargas— junto a su graduación moderada, lo convierten en una opción ideal para acompañar pequeños aperitivos sin saturar el estómago.
Por otro lado, el rito de hacer el vermut se basa en un fuerte componente social y cultural. En España y en otros países mediterráneos, este momento se traduce en una reunión relajada en torno a tapas como olivas o patatas fritas.