Una persona haciendo un pan con tomate

Una persona haciendo un pan con tomate CANVA

Gastronomía

Este es el plato típico de Cataluña que no saben hacer en el resto de España y se estudia en Estados Unidos

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Hay platos que requieren una gran elaboración y poca gente puede hacer, pero otros son muy sencillos y hasta el menos diestro en cocina lo saca. Al menos esa es la teoría.

Hacer una esferificación como las de Ferràn Adrià requiere mucho estudio, pero pocos dirían que hacer un pan con tomate lo amerita. Pues bien. Eso ya sucede. Y no es de extrañar teniendo en cuenta que en el resto de España esta receta muy bien no les sale. ¿Tendrán que estudiar?

Un plato de tres ingredientes

Sí, por mucho que cueste de creer una receta tan simple como esta, lleva de cabeza a muchos. Si bien se puede encontrar ya en cualquier bar de España, no todos lo sirven igual.No siguen la típica receta catalana.

No hay ningún secreto ni ingrediente añadido. Solo hace falta pan, tomate, aceite de oliva y, opcionalmente, sal. Sin embargo, cada detalle importa. No vale cualquier pan ni todos los tomates sirven igual.

Los secretos de la receta

El pan tradicional que se usa es el pà de pagès, conocido por su miga densa y corteza crujiente. Este pan, cuidadosamente tostado, sirve como base perfecta. Las rebanadas, más grandes que las habituales, permiten aprovechar al máximo el tomate y otorgan protagonismo al pan, que da nombre al plato.

El tomate adecuado, preferiblemente de variedades como el de rama o el de colgar, es esencial. Su sabor intenso y baja acidez aportan frescura y dulzura al plato, combinándose perfectamente con el pan tostado. Con estos dos ingredientes listos, solo falta un buen aceite de oliva y, si se desea, un toque de sal. Por supuesto, la moderación en este último ingrediente dependerá de lo que permita el médico.

Cómo hacer el pan con tomate

La preparación del pan con tomate no solo es simple, sino también meticulosa. El proceso comienza tostando el pan, después frotando un diente de ajo (opcional) y, a continuación, aplicando el tomate cortado por la mitad. La pulpa debe impregnar cada grieta del pan, asegurando un sabor uniforme.

El siguiente paso es añadir una pizca de sal para realzar los sabores y, finalmente, un chorrito de aceite de oliva virgen extra, que complementa sin opacar el protagonismo del tomate. Este orden es clave para obtener un resultado perfecto.

¿Qué pasa en el resto de España?

El resultado es una explosión de texturas y sabores: el crujir del pan, la frescura del tomate, y el suave toque del aceite de oliva. Los catalanes disfrutan de este plato a cualquier hora del día, ya sea como desayuno, aperitivo o merienda. Y es que no se entiende un bocadillo sin pan con tomate.

Sin embargo, en el resto de España, donde se ha popularizado, su elaboración sigue siendo un misterio para muchos. Se ha visto en algunos bares del país como se usa tomate rallado, de bote o natural, algunos incluso lo llegan a poner en rodajas… Todo un atentado a la receta original para los catalanes.

La cocina catalana en Estados Unidos

Para que estas versiones pervertidas no llegan a popularizarse como pasó con la paella con chorizo, una nueva iniciativa ha hecho que esta receta se estudie al otro lado del charco. Lo ha hecho de la mano del proyecto Catalan Food, que pretende posicionar alimentos y empresas catalanas y proyectarlas comercialmente en mercados estratégicos como el estadounidense.

El proyecto, una iniciativa de la Generalitat y de la empresa pública de promoción de productos catalanes Prodeca, comenzó a mediados de octubre con una clase magistral dirigida por la chef catalana Alba Sunyer, establecida desde hace 15 años en Estados Unidos, en la Florida International University Chaplin School of Hospitality & Tourism Management, en Miami.

Un proyecto internacional

Bajo el título Taste of Catalonia y con el pan con tomate como embajador, la sesión estaba dirigida a unos 50 profesionales gastronómicos de EEUU, así como a los propios estudiantes del centro, futuros potenciales prescriptores de la gastronomía catalana.

Todos ellos pudieron aprender a hacer pan con tomate, así como otros platos típicos de Cataluña. Un paso más en la internacionalización de esta ya reputada gastronomía.