Aunque pierdan de manera estrepitosa cuando todo está ganado, ganen La Liga o simplemente salgan de entrenamiento, los jugadores del FC Barcelona son humanos y también comen. Como sus salarios se lo permiten, ir de restaurante es algo que hacen a menudo y, obviamente, tienen sus favoritos.
Las 9 Reinas, Can Ferran, el Gatsby o el Casanova Beach Club son algunos de los rincones gastronómicos frecuentados por futbolistas culés. Pero hay uno que destaca por su elegancia, su historia y por ser reconocido con una estrella Michelin, Via Veneto.
Un nombre italiano lleno de clasicismo
Este restaurante de nombre italiano sólo conserva un estilo veneciano en su estilo y decoración. Sus cortinas rojas, las letras de su logo grabado en los platos, los manteles de tonos rosados y los salones privados son marca de la casa que lo hacen especial.
La idea de José Monje de trasladar esos salones italianos a Barcelona fue en su día y es en la actualidad todo un éxito. Prueba de ello es que se ha convertido por méritos propios en el restaurante preferido de la alta burguesía catalana.
Barça, políticos y Dalí
Más allá de los jugadores del Barça, estos salones han visto cerrar grandes negocios en sus mesas, incluso pactos políticos. La antigua CiU tenía su segunda sede en estas mesas donde el señor Monje les ofrecía la discreción y privacidad necesaria.
La primera persona que puso en el ojo del huracán a este restaurante fue el mismísimo Dalí. El pintor surrealista no dudaba en abandonar su estimado Cadaqués para disfrutar de la comida de Via Veneto. Incluso en caso de tener invitados los llevaba allí a comer.
Restaurante con estrella
Con más de 50 años de historia, Via Veneto se ha consolidado entre los barceloneses como una de las opciones más elegantes, y no solo gastronómicamente hablando, de la ciudad. Tanto la decoración del local como la presentación de sus platos, sin pasar por alto el servicio de los camareros, regala al comensal una experiencia única en un entorno modernista singular.
Pero más allá del ambiente y el trato, los platos que se sirven en la mesa son los que acaban de cautivar a sus comensales. El restaurante incorpora las técnicas más actuales, en una visión gastronómica que ensalza, ante todo, el valor del mejor producto. No en vano fue uno de los primeros restaurantes de Barcelona en obtener una estrella Michelin, reconocimiento del que todavía goza.
La naranja y la espada: sello de identidad
Más allá de la posibilidad de ver pasar a los jugadores del Barça, Via Veneto ofrece un espectáculo en la mesa. Uno de sus platos estrella es una naranja. Sí, una naranja de 18 euros. Un precio que vale la pena pagar para ver qué sucede cuando llega a la mesa.
Al pedir esta fruta, un camarero muy experimentado --no todos lo hacen—aparece con un cuchillo similar a una espada pelando y empieza a cortar la naranja con una delicadez asombrosa y sin llegar a tocarla con las manos. La presentación también es de lo más singular: el camarero va depositando cada gajo de naranja en un plato, colocado al milímetro, como si de un plato de jamón ibérico se tratara.
Un lugar único
Actos como estos, sumados a su gran discreción a la hora de atender a jugadores y directivos del FC Barcelona, políticos y empresarios, han convertido a este restaurante de la calle Ganduxer de Barcelona en un lugar único.
Fundado en 1967, con tres soles Repsol y una estrella Michelin que reluce discreta en la puerta desde 1974, Via Veneto es un lugar de referencia. “La combinación de un look clásico muy cuidado, con el servicio más atento de toda la ciudad”, lo han convertido, según la Guía Macarfi, en el tercer mejor restaurante de la ciudad.