Marc Murtra, en el foro BCN Desperta!

Marc Murtra, en el foro BCN Desperta! SIMÓN SÁNCHEZ

Examen a los protagonistas

Marc Murtra

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Telefónica cuenta con un horizonte definido para los próximos cinco años. Y con objetivos intermedios cuando se cumpla el tercer ejercicio del plan estratégico en el que el equipo directivo que lidera Marc Murtra ha trabajado durante los últimos seis meses. En resumen, un plan a largo plazo tradicional en grandes corporaciones como la operadora. Salvo por dos factores que lo convierten en especialmente relevante.

El primero, porque los próximos años se antojan cruciales en el panorama tecnológico, en general, y el de las telecomunicaciones, en particular, de Europa. Un tiempo en el que el Viejo Continente se juega nada menos que recuperar parte de su independencia en estos campos o perderla para siempre. Un tiempo en el que el sector teleco debe dar ese paso adelante tan esperado de la consolidación, en aras de crear gigantes capaces de competir con los de EEUU y China, auténticos dominadores de este ámbito a escala mundial. 

El segundo, porque para que Telefónica no se quede atrás y se erija como una de las compañías que lidere este proceso es necesario tomar una serie de medidas difíciles, de aquellas que, en palabras del propio Murtra, son "complicadas de explicar y también de entender".

Medidas de las llamadas dolorosas, como recortar el dividendo, como ajustar inversiones y gastos, como terminar de salir de geografías que han marcado la historia reciente de la compañía… y como un posible ajuste laboral de los que habitualmente dejan heridas. 

En una palabra, medidas con escaso o nulo beneficio a corto plazo y mucho ruido en contra. Pero que son más que necesarias en etapas de cambio y trascendentes, como la actual. Cuando no se trata de coger el tren a tiempo, sino ya de tratar de engancharlo en marcha. Para eso se requieren grandes dosis de audacia y de valentía. Y también, de confianza; la que da haber hecho algo parecido con anterioridad y con notable éxito.

Es el caso de Murtra con Indra, cuya transformación durante los cuatro años que el ejecutivo estuvo al frente ha sido evidente y muy aplaudida por los mercados. Los mismos que el martes dieron la espalda a Telefónica, especialmente por el recorte del dividendo. Los daños a corto plazo que Murtra ha decidido afrontar para recoger sanos resultados en el medio. Y para hacer de Telefónica un gigante europeo y referente mundial, en el largo.