Albert Dalmau, 'conseller' de Presidencia, en la presentación del informe con 50 propuestas para la reforma de la Administración de la Generalitat
Día grande ayer lunes en el Palau de la Generalitat, cuando instituciones, actores socioeconómicos y mundo académico se dieron la mano en la presentación del informe de la comisión por la reforma de la Administración de Cataluña.
El conseller de Presidencia, Albert Dalmau, recibió ese encargo del president Salvador Illa hace un año. Y ha pilotado los esfuerzos acometidos hasta hoy en colaboración con el presidente del grupo de expertos, Carles Ramió, para que la entrega del documento no fuera solo un primer paso, sino un acelerón en la transformación de los servicios públicos.
Si ayer se presentaban las 50 medidas en el Salón de Sant Jordi, el Govern ya ha empezado a implementar 17 de ellas para que los ciudadanos noten las primeras mejoras cuanto antes en trámites tan delicados como a los que se enfrentan las familias monoparentales y numerosas.
Algunos efectos, aún menores, ya son tangibles. Antes de acabar la legislatura, los catalanes tendrán reconocido el disruptivo derecho al error, verán simplificados sus trámites gracias a la inteligencia artificial y tendrán 80 oficinas más en las que el personal no les reclamará la documentación que ya entregaron en otras instancias.
Asimismo, empresarios y ayuntamientos se verán beneficiados de la nueva Administración, más eficiente, ágil, proactiva y menos paralizante, al tiempo que la dirección pública será más profesional y los concursos de oposiciones se actualizarán y aumentarán su cadencia.
Unos cambios para los que también serán necesarios acuerdos en el Parlament, motivo por el que Dalmau ha sumado a la causa a su presidente, Josep Rull, en una evidente declaración de intenciones que ha elevado la llegada a buen puerto de los cambios normativos previstos.