Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell, en su comparecencia frente a los medios / BANCO SABADELL
Finalmente, la tenacidad y resistencia de Josep Oliu, presidente del Sabadell, y de toda la entidad que preside, ha dado sus frutos. La OPA ha fracasado con solo un 25% de aceptación y la entidad vallesana sobrevivirá como independiente.
Los últimos 17 meses han estado llenos de incertidumbres y dudas, pero Oliu y su fiel escudero González-Bueno -el hombre que rescató al Sabadell en un momento muy complicado y que pasará a la historia por haberlo salvado- han mantenido la paciencia, la fe y el temple.
Tenían un enemigo poderoso, el BBVA, pero no se han arrugado. Su estrategia ha funcionado y el objetivo se ha logrado. Una entidad nacida en 1882 no se evaporará de la noche al día, consumida por un banco vasco arraigado en Madrid que tantas otras entidades catalanas ya ha deglutido.
Oliu se podrá jubilar con la tranquilidad de haber hecho bien su trabajo. Es un empresario serio, bien conectado y con inteligencia y olfato político. Ha salvado al Sabadell, el banco por el que ha dado la vida.