El presidente y CEO de Almirall, Carlos Gallardo, en la celebración de los 80 años de la compañía, en el centro de investigación en Sant Feliu de Llobregat

El presidente y CEO de Almirall, Carlos Gallardo, en la celebración de los 80 años de la compañía, en el centro de investigación en Sant Feliu de Llobregat Europa Press

Examen a los protagonistas

Carlos Gallardo

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El segundo trimestre ha desmoronado el entusiasmo que Carlos Gallardo, presidente y CEO de Almirall, intentó proyectar tras unos resultados semestrales que, aunque positivos en términos generales, esconden una preocupante pérdida de impulso.

El descenso del ebitda de 70,9 a 50,9 millones y el frenazo en el crecimiento de ventas, reflejan una desaceleración evidente que Gallardo evita reconocer abiertamente. El optimismo mostrado por el CEO se apoya, en parte, en ingresos extraordinarios del primer trimestre y no en un crecimiento orgánico sostenido, lo que pone en entredicho la solidez de su discurso.

Además, las previsiones para el segundo semestre son ambiciosas y descansan sobre hipótesis que aún deben materializarse: expansión de productos como Ebglyss® en nuevos mercados y una esperada aceleración de ventas en un entorno de costes crecientes.

Gallardo debe enfrentarse al reto de demostrar que el crecimiento no depende de factores coyunturales ni de ajustes contables. Este segundo trimestre ha sido una llamada de atención: sin una recuperación clara en el tercer trimestre, el liderazgo del CEO podría empezar a generar dudas. El optimismo sin resultados sostenidos se convierte rápidamente en un riesgo.