
Carlos Tusquets, presidente ejecutivo y principal accionista de Trea / TREA
No han sido precisamente fáciles los últimos años para Trea ni para su fundador y alma mater, Carlos Tusquets. La fallida operación de Beka Finance, con la salida del fondo LMP, situó a la exitosa gestora en una situación complicada de la que no pocos hubieran sido incapaces de salir. No fue el caso del financiero catalán, que supo encontrar los apoyos necesarios, amén de cultivar la fidelidad de su equipo gestor (y a la vez, accionista) para salir adelante.
Eso sí, los acontecimientos han demostrado que la llegada de nuevos socios sólo ha sido una maniobra transitoria para salir de un problema para nada menor. Una suerte de parche, útil y eficiente a corto plazo, pero que no ha evitado una particular vuelta al pasado de Trea.
Bien es cierto que la marcha de la gestora no genera dudas y que la trayectoria, avalada por unas cifras dignas de consideración, le mantienen como una de las principales entidades independientes del sector.
La cuestión a examinar es de qué manera habrá repercutido la sucesión de vaivenes de los últimos años. Y también, cuál es el camino a recorrer en un entorno cambiante, al que las tensiones geopolíticas han vuelto extremadamente complejo. Los más que prolijos acuerdos con Cajamar y Banco Mediolanum son la joya de la corona de la gestora pero también un factor de riesgo en sí mismos por la notable dependencia. Tiempos difíciles para un veterano curtido en mil batallas, y que parece camino de librar la enésima.