Max Tian detiene a un ladrón en Barcelona

Max Tian detiene a un ladrón en Barcelona Captura de video

Examen a los protagonistas

Max Tian

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El héroe de la semana ha sido, sin ningún género de duda, el fotógrafo chino Max Tian. El hombre corría por Barcelona, fotografiando la boda de unos compatriotas, cuando un ladrón magrebí en patinete intentó robarle las cámaras. Lejos de dejarse robar, como suele hacer todo el mundo en nuestra querida ciudad, Max hizo caer el moro del patinete, lo tiró al suelo y le sometió a una maniobra de artes marciales conocida como “mataleón” que lo dejó al borde del desmayo, echando el bofe y ahogándose de mala manera.

Así estuvo el ladrón hasta que aparecieron los mossos d´esquadra y se lo llevaron a comisaría. Yo diría que el chorizo del patinete se alegró por primera vez en su vida de la aparición de la policía, pues el chino era de los que muerden y no sueltan. Tal como va todo, no me extrañaría que el ladrón le pusiera una querella a su víctima por el trato recibido. En cualquier caso, el video que recoge los acontecimientos lo ha petado en las redes, llegándose a más de 155.000 visionados.

No conocíamos de nada a Max Tian hasta que lo vimos poniendo en su sitio a un mangante de esos que acumula doscientas detenciones, pero, incomprensiblemente, sigue suelto por las calles de Barcelona. Es lo que todos desearíamos hacer si nos pasara algo parecido, en vez de entregar lo que nos pida el navajero de turno para evitar males mayores. Max tiene algo de súper héroe y por eso nos gusta.

Lo más probable es que su agresor (agredido) ya esté en la calle, sumando una nueva detención a las doscientas anteriores. Un criterio judicial anacrónico consigue que, pese a los esfuerzos de la policía, la chusma pueda cometer el mismo delito doscientas veces y a nadie se le ocurra que existe la posibilidad de encerrarlos. Queremos a Max porque se ha tomado la justicia por su mano y la cosa le ha salido bien: es nuestro Charles Bronson con cámara y especializado en bodas.

Aparte de la abundancia de ladrones, Barcelona registra últimamente apariciones de distintos zumbados que van por la calle mostrando una actitud amenazadora hacia los transeúntes. Uno lleva un cuchillo. Otro una pistola que puede ser o no ser auténtica. Suelen insultar a todo aquel con el que se cruzan.

Un día de estos la emprenderán a navajazos contra los paseantes. O la pistola del otro será auténtica y habrá balazos y correrá la sangre. Si alguien derriba a tiros al del cuchillo o al de la pistola se convertirá en nuestro nuevo ídolo, aunque se le caiga el pelo por ir con pistola por la calle y liarse a tiros con la gente (aunque elija bien a sus víctimas y nos quite de en medio a dos tarados peligrosos).

La gente cada vez se fía menos de la justicia. Y hasta de la policía. Como dice el refrán catalán, Si vols estar ben servit, fes te tú mateix el llit. Me temo que hacia eso caminamos si seguimos sin ajustar los mecanismos de la justicia a la realidad que vivimos. ¿Nos marca Max Tian el camino? Espero que no, pero no puedo descartarlo del todo.