
Pedro Ferrer, consejero delegado de Freixenet
El sector empresarial catalán encajó ayer una mala noticia. Una de sus compañías más icónicas, el fabricante de cava Freixenet, ha anunciado su propósito de llevar a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a 180 empleados del grupo. O lo que es lo mismo: a casi la cuarta parte de su plantilla (el 24%).
La medida afecta a las sociedades Freixenet SA y Segura Viudas SA, y la empresa la justifica aduciendo una reestructuración por la sequía que, según asegura, ha reducido en un 45% la producción de uva en la comarca barcelonesa del Penedès desde 2022. Algo que ha reducido la disponibilidad de materia prima y aumentado los costes.
Como es lógico, ese drástico recorte de empleos ha alertado a los sindicatos. CCOO, por ejemplo, ya ha expresado su rechazo, reclamando negociar medidas alternativas: "Se trata de una medida injusta e inaceptable", advierten.
Cabe recordar que, en abril de 2024, la compañía anunció un expediente temporal de empleo (ERTE) para 615 trabajadores también por la sequía, y que la Generalitat lo descartó al considerar que no era una causa de fuerza mayor.
Ahora, en su comunicado, Freixenet asegurado que tiene "una profunda conciencia del impacto en los empleados y sus familias", y dice que su voluntad es que el proceso sea lo más sensible que se pueda.
Los detalles del proceso se conocerán en los próximos días. Y, como es lógico, la situación ha generado una profunda preocupación entre los trabajadores.