
El secretario general de Junts, Jordi Turull interviene en el Congreso del partido en Calella
Junts per Catalunya ha reaccionado tarde, mal, y con cierta altanería a la decisión de Criteria y Fundación La Caixa de retornar su sede social a Cataluña, después de haber buscado refugio en Valencia tras el golpe secesionista de 2017.
Resulta inadmisible que los mismos dirigentes nacionalistas que organizaron desde la Generalitat el referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia de octubre de ese año, causando con ello una situación de inseguridad jurídica que provocó la huida de miles de empresas de la región, intenten ahora dar lecciones a quienes fueron víctimas de sus actos.
Eso es lo que hizo ayer el secretario de Junts, Jordi Turull. El exmandatario convergente, indultado por el Gobierno tras haber sido condenado por sedición y malversación en el procés, se atrevió a calificar de "rectificación de un error" la decisión del grupo La Caixa, aludiendo así a su marcha de Cataluña de hace siete años.
"Rectificar es de sabios", espetó Turull, sin rubor. Tras lo cual, eso sí, celebró la noticia del regreso, y añadió que espera que también lo haga CaixaBank, cuya sede social permanece en Valencia.
Haría bien Turull en ejercer un mínimo de autocrítica. Porque precisamente él, como miembro del Govern del hoy fugado Carles Puigdemont, fue uno de los causantes de la fuga de todas esas empresas que, según dice, cometieron el "error" de irse de Cataluña.
Ya puestos, tampoco estaría de más que Turull pidiera disculpas a los catalanes por el golpe secesionista de 2017. Un gesto de humildad que no sólo no ha tenido nunca, sino que, además, ha amenazado con que "lo volvería a hacer". Eso sí sería una "rectificación de sabios".