Pere Vicent Balfegó, en Madrid Fusión ante Juan Serrano, CEO del grupo catalán
Es evidente que Balfegó es un grupo que va viento en popa. El conglomerado catalán de pesca, engorde, preparado y venta del suculento atún rojo confía en llegar a los 100 millones de facturación este año.
Balfegó es referencia, prescribe, viaja y trabaja con los mejores chefs. Eso sí, cuando ha intentado verticalizar el grupo, no lo ha conseguido. Un ejemplo clarísimo es Dynamic Hotels, su hotelera vinculada -los fundadores copan los puestos del consejo-, en el que se quiso aprovechar las sinergias de su potencia gastronómica.
Dynamic arrancó con un sports hotel en la icónica Caldes d'Estrac, al norte de Barcelona, y ha terminado naufragando, negociando un ERE y buscando a un socio que la saque de los apuros económicos.
La parte social habla de "mala gestión", y desde el sector se apunta a la "paradoja" de que quiebre un hotel wellness en un municipio que era conocido como una de las mecas del termalismo.
No todo lo que toca la familia ebrense puede salir bien. El caso del hotel es un ejemplo práctico. Y no pasa nada, hay aventuras empresariales que no salen. Lo único que le falta a Pere Vicent Balfegó a Manel y a sus esposas es reconocerlo abiertamente.
