
Hansi Flick, en rueda de prensa antes del Barça-Real Madrid EFE
A Hansi Flick no le importan las turbulencias económicas del Barça de Joan Laporta, ni la inesperada decisión de salir de Araújo: él, a lo suyo, va formando un equipo ganador que no le teme a nadie.
La apabullante victoria sobre el Real Madrid le ha permitido alzarse con su primer título como azulgrana: la Supercopa de España.
Y, de paso, Flick le ha endosado una manita al eterno rival, a quien parece que en apenas medio año en el banquillo culé ya le ha cogido el ritmo. Primero, con un 0-4 en el Bernabéu en la Liga; y ahora, con un sorprendente 2-5 en Arabia Saudí.
Flick posee la tranquilidad de aquellos que se saben siempre un paso por delante del rival. Y todo ello pese al ruido y la furia del entorno mediático, y a las grandes preguntas que rodean a la discutida gestión de Laporta.
Flick ha hecho oídos sordos al caso Dani Olmo para construir un equipo que ilusiona a todo el barcelonismo. Esperemos que, en un futuro, el club responda a sus demandas con la misma eficiencia que la practicada por el germano hasta el momento.