Mireia Escudé Blasi, en el centro, junto a Joan Nadal e Ignasi Jürgens, directores gerente y médico

Mireia Escudé Blasi, en el centro, junto a Joan Nadal e Ignasi Jürgens, directores gerente y médico ICR

Examen a los protagonistas

Mireia Escudé Blasi

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El Institut Català de la Retina (ICR) avanza a buen ritmo. La institución oftalmológica abrirá una nueva clínica en unos terrenos inutilizados de la Parròquia Verge de la Pau.

Tras el fallecimiento del fundador, Ramon Martí Bonet, el peso de la gestión ha recaído en su viuda, Mercè Escudé González, y en su hija, Mireia Escudé Blasi.

Ambas están ejecutando un encomiable trabajo, y la institución no deja de crecer. El ICR realizó el año pasado casi 450.000 actos médicos, 290.000 consultas y urgencias, 130.000 pruebas diagnósticas y cerca de 20.000 cirugías y tratamientos con láser.

El negocio de la vista tiene futuro, con cada vez más pacientes con cataratas y miopía, y en el 117 de la calle Ganduxer bien lo saben. Por ello, están ejecutando esta poderosa expansión, que también incluye la posible apertura de dos quirófanos más en su sede central. Una loable expansión que se ejecuta con mesura: el ICR no tiene deudas bancarias y mide bien cada una de sus acciones.