Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, en una imagen anterior

Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, en una imagen anterior EFE

Examen a los protagonistas

Juan José Omella

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Juan José Omella ha pedido detener la reconversión de la Parròquia de Sant Ferran en un geriátrico. Las razones, en principio, no son las despiadadas críticas desde una parte de la fe, sino ciertas incoherencias en la redacción del proyecto urbanístico.

Cierto es que la Iglesia ha perdido su influencia social y moral en las últimas décadas, y ha quedado prácticamente reducida a una sociedad de gestión inmobiliaria. Sin embargo, algunos devotos están con la mosca tras la oreja por la gestión que ha hecho el cardenal de estos espacios.

Algunos fieles afean a Omella "dejar abandonada la parroquia" para hacer caja después con ella. La conversión de los terrenos de Sant Ferran en un geriátrico de Gerontic supondría unos ingresos extra muy jugosos para la institución católica.

Y eso que la facturación del Arzobispado no deja de subir. Ha aumentado un 17% en el último ejercicio, hasta los 47 millones de euros. A ello habría que sumarle el giro de todas sus fundaciones asociadas.