Los inquilinos de toda España deberían estar temblando ante la posibilidad de que Ada Colau pueda ser nombrada ministra de Vivienda. La exalcaldesa de Barcelona, que ya fue rechazada por la ONU pese a venderse como experta internacional en esta materia, deja como legado una subida en los alquileres del 64%.
Después de prometer la construcción masiva de pisos sociales para solucionar el problema del acceso al hogar, la dirigente de los comunes aseguró que su consistorio hacía más vivienda pública que Ayuso y la Generalitat juntos, una afirmación desmentida por los datos. Sus medidas sólo han logrado paralizar la construcción de nuevos inmuebles, que se han vuelto más escasos y más caros.
Estas credenciales son insuficientes para optar al ministerio encargado de resolver uno de los problemas más graves de los españoles, el acceso a una vivienda digna.