El Ayuntamiento de Barcelona se ha conjurado para recortar las cifras delictivas en la ciudad y, con ello, la sensación de inseguridad. 

Pero aún quedan campos por recorrer, como demuestra la detención ciudadana de un ladrón de relojes en el centro de Barcelona este viernes, no exenta de violencia. Para evitar situaciones lamentables como la descrita, se impone que las fuerzas y cuerpos de seguridad se empleen a fondo y erradiquen el problema. 

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