Que Mar Ampurdanés se haya convertido en diputada en el Parlament es una anomalía democrática. La nueva representante de la CUP ha defendido el uso de la violencia como medio para canalizar sus ideas políticas. Cuando era líder de Arran y tuvo más exposición pública, fue una de las radicales que aplaudió el ataque a la sede de Crónica Global de enero de 2018, entre otras acciones de esta organización. Por ello está desacreditada para ejercer de representante pública.

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