El conflicto por el Tanatorio de Sants de Barcelona ha entrado en una fase envenenada tras constatarse que los operarios de Funeraria San Ricardo tienen que trasladar los ataúdes a pulso por las calles del barrio porque los coches fúnebres no pueden operar en la zona donde está ubicado, tal y como han advertido los vecinos desde que se inició el proyecto.
El Ayuntamiento de Barcelona ha sido poco permeable a escuchar el barrio y, tras el cambio de equipo de gobierno, en una reunión del distrito ha reconocido que ninguna normativa municipal impide a esta manera de operar tan sui géneris. Pero esta no debería ser la única solución.
Los vecinos de Sants primero y ahora Facua, han pedido trasladar la nueva sala de velas a otra ubicación más idónea de la ciudad. El nuevo gobierno local debería tomar nota de sus peticiones y emprender alguna decisión. De lo contrario, Barcelona también será la ciudad en la que se transportan por la calle y a plena luz del día féretros desde una de sus salas de velas. No es ni digno para los vecinos ni para los familiares que se despiden de este modo de sus seres queridos.