El expresident de la Generalitat prófugo a Bélgica, Carles Puigdemont, entró ayer en la campaña electoral de las elecciones generales del 23 de julio. 

Puigdemont utilizó un lenguaje bélico, demostrando una vez más que su figura se dedica en tensar y crispar, lejos de trabajar para la reconciliación y la convivencia en Cataluña. 

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