Sílvia Orriols y su partido Aliança Catalana ganaron las pasadas elecciones municipales en Ripoll con un discurso de odio basado en el rechazo a la inmigración y las soflamas independentistas. Y ahí sigue instalada la nueva alcaldesa de esta localidad de la Cataluña interior, esta vez a cuenta de los disturbios vividos los últimos días en diversas ciudades de Francia.

Sin ser algo que sea de su competencia, la locuaz y apocalíptica munícipe ultra trata ahora de infundir el miedo en la ciudadanía mostrándose convencida de que esa violencia se contagiará ahora a Cataluña, y criticando de paso al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, al cual reclama que frene la inmigración y proclame la secesión unilateral. En definitiva, demagogia y populismo en grado sumo, y un discurso tóxico para la convivencia.

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