El nacionalismo catalán pierde a uno de sus principales referentes en los comunes. La sorprendente renuncia de Jaume Asens a seguir en la política institucional horas después de que su nombre se barajara para encabezar la lista de Sumar en Barcelona pone punto final a la trayectoria de este abogado del que, tras cuatro años como teniente de alcalde de Ada Colau y otros cuatro como diputado de En Comú Podem en el Congreso, poco más se recuerda que su férrea defensa del referéndum ilegal y unilateral del 1-O y sus dirigentes -a alguno de los cuales ayudó incluso a fugarse de España- y su servilismo hacia éstos reivindicando hasta la saciedad sus indultos y la reforma a medida del Código Penal -aún con matices en el caso de la rebaja de la malversación.
Su marcha -al parecer, en parte debida al rechazo interno que suscitaba su figura- abrirá las puertas al nuevo liderazgo de Aina Vidal, aunque ni mucho menos acaba con un mal endémico de la izquierda catalana, en general, y de En Comú Podem en particular: su anuencia, cuando no abierta complicidad, con el nacionalismo gobernante en la autonomía. Así lo evidencia el hecho de que dirigentes como Gerardo Pisarello, Gala Pin o Eloi Badia, entre otros, hayan sido elegidos para formar parte de las listas de Sumar en la región. Para ese viaje no hacían falta alforjas.